El presidente de la UDI. Javier Macaya, aseguró que “la misericordia tiene que ser un principio” a la hora de tomar decisiones legislativas, luego que se conociera la carta que enviaron 27 presos de la cárcel de Punta Peuco, condenados por crímenes de lesa humanidad, en la que pedían “conmiseración”. 

“Me parece que a 50 años de hechos que fueron dramáticos, que generaron mucho dolor, que provocaron violaciones a los derechos fundamentales en nuestro país, hay que ir dando pasos hacia la reconciliación”, dijo Javier Macaya.

La carta de los presos de Punta Peuco fue publicada por el diputado de derecha Gonzalo de la Carrera y pide “comprensión” y “apoyo” a la ciudadanía en su solicitud de libertad a los presos de rangos militares más bajos. 

“Reconocemos que, en el cumplimiento de nuestros deberes y en la forma como lo entendíamos en esa época, muchas de nuestras acciones produjeron violaciones a los derechos humanos, con graves consecuencias. A no dudar, ello fue reflejo de una formación que daba más importancia a la obediencia que al respeto por el que se consideraba adversario, lo que se cita como dato para su comprensión y no como justificación”, dice la misiva.

“Hemos esperado 33 años para que nuestros superiores asuman la responsabilidad de sus órdenes, las que hoy tienen tras las rejas a nuestros fieles subalternos. A partir de ello, venimos hoy a asumir la responsabilidad de sus actos, como consecuencia del pávido silencio de aquellos que, investidos de sus grados y cargos, no han tenido la grandeza de hacerse cargo de las órdenes que impartieron a sus subordinados”, añade. 

Pocos días después que se conmemoraran 50 años del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 que derrocó el Gobierno de Salvador Allende e instauró la dictadura cívico-militar, Macaya se refirió a este gesto que, según dijo, es un paso hacia la “reconciliación”. 

“Lo que hacen los detenidos en Punta Peuco es un paso en ese sentido; en asumir responsabilidades que estaban avaladas en cadenas de mando, en decisiones que probablemente personas muy jóvenes no podían contradecir, porque estaba en riesgo su propia vida”, insistió Macaya.

“Son situaciones que evidentemente tienen que ser ponderadas a la hora de tomar decisiones gubernamentales y eventualmente incluso legislativas”, agregó. 

“La misericordia tiene que ser un principio asentado a la hora de tomar decisiones legislativas, en la medida que tengamos la capacidad de entender de que aberraciones a los derechos fundamentales como los que se generaron en Chile, no se pueden volver a repetir”, complementó.

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