Por Paula Valenzuela

En el cambio de gabinete del pasado 4 de junio, el senador de RN Manuel José Ossandón fue de los pocos de Chile Vamos que criticó la “inamovibilidad” del entonces ministro de Salud, Jaime Mañalich. “Debió haber salido”, dijo.

Finalmente, cuando el sábado pasado se produjo su salida, el parlamentario lo celebró: “Qué bueno que el Presidente por fin escuchó que se necesitaba un cambio en Salud”, dijo.

Sus palabras, en ese sentido, marcaron un contraste con lo que se ha instalado desde el domingo en la centroderecha: la duda de que el gobierno cedió ante la oposición con su salida.

“Fue una mala coincidencia”, han dicho desde la UDI tanto la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, como la jefa de los diputados greamialistas, María José Hoffmann, en alusión a que ocurriera luego de la publicación de Ciper que reveló un reporte de muertos mayor a la OMS por parte del Ministerio de Salud de lo que se informaba a la opinión pública, y un día antes de que se firmara el Plan de Emergencia para la pandemia y sus efectos entre gobierno, oficialismo y oposición.

Aquí, el senador profundiza su contrapunto con relevantes figuras de la centroderecha, que incluso han rendido homejajes a la figura del exministro. El senador pide autocrítica a su sector.

—¿Cómo ha visto la recriminación en su sector al gobierno por haber “cedido” ante la oposición y haber cambiado al entonces ministro de Salud Jaime Mañalich por Enrique Paris?

—Yo quiero desdramatizar este tema. Para mí se había hecho necesario inaugurar otra etapa en el tratamiento de la pandemia y obviamente Mañalich se había desgastado en términos de opinión pública. El cambio de ministro responde a eso y a la necesidad de abrir nuevos horizontes para recuperar las confianzas, mejorar la conexión con la opinión pública y por sobre todo apuntar a conseguir mejores resultados.

—En una carta a El Mercurio, exministros, parlamentarios y figuras de su sector, encabezadas por Andrés Chadwick, realzan el rol de Mañalich y afirman que el extitular de Salud es un “noble” servidor público que fue víctima de “la descalificación permanente, sin lógica ni medida, que se ha instalado”. ¿Qué opina de estos gestos de apoyo? Usted fue crítico de su gestión…

—Yo he sido crítico de parte de su gestión, pero no de su persona. No dudo de la nobleza del exministro, pero es importante ser autocrítico, reconocer los errores y aceptar el fracaso de la estrategia que él lideró.

—Usted ya señaló que admiraba igualmente al exministro por cómo enfrentó la pandemia. “Duro y cara de palo”, dijo usted. ¿Eso lo convierte en una “víctima” del odio, como se sugiere en esa carta?

—Sin duda las formas del ministro ayudaron a que se creara una clima de animadversión con su persona. Es su estilo y hoy muchas de las opiniones son la consecuencia de ese estilo. Lo que yo valoro es la capacidad de ir de frente con las cosas, pero no de mala forma o con soberbia.

—¿Cree que su salida significará una mejora en la estrategia del gobierno para enfrentar la pandemia?

—Confío en que así sea. Ya se ha podido observar una disposición distinta del ministro Paris para escuchar las recomendaciones de todos los sectores y adoptar medidas que sean valiosas para todos los chilenos, independiente de donde provengan.

—El Gobierno, en su reporte de este martes, informó de 31.412 casos que no habían sido contabilizados y que se agregarán mañana miércoles a la cifra de contagios. ¿Eso no da cuenta efectivamente de una mala gestión de Mañalich?

—Ya habrá tiempo para hacer las evaluaciones. Hoy lo urgente es ver cómo enfrentamos esta tragedia que estamos viviendo. Lo irresponsable sería mantener las cosas tal como están y que las cosas sigan empeorando.

—Los desacoples en las cifras que se han conocido en los últimos días, ¿pone en entredicho el calificativo de "héroe" que han tratado de instalar en su sector?

—El exministro cumplía con un rol que le fue encomendado por Presidente. En ese sentido no es ni héroe ni villano.

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