Tras la controversia que generó la publicación de correos electrónicos intercambiados durante los años 2013 y 2014 entre el arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, y el anterior titular de la arquidiócesis, cardenal Francisco Javier Errázuriz; el cardenal Ezzati respondió por escrito varios cuestionamientos al diario La Tercera, donde expresó que lamentaba que estos correos se hicieran públicos y que sentía "dolor por lo que estos hechos han producido a todos los que han sido mencionados y a nuestra sociedad en general".

Dijo además, que también tenía "un sentimiento de desconcierto e indefensión frente al hurto sufrido de nuestra correspondencia privada y que ésta haya sido difundida en medios de comunicación masivos, con una clara intencionalidad de generar confusión y descrédito".

Sobre la forma y el tono en que aparecen mencionados el sacerdote Felipe Berríos y Juan Carlos Cruz, denunciante de Fernando Karadima, el cardenal admite que los terminos pueden parecer duros, pues están enmarcados en un ámbito privado "en el cual uno no suele medir cómo se expresa", agregado que entendía que "sacados de contexto, puedan haber ofendido a las personas aludidas".

Puntualizó, no obstante, que aprecia el compromiso social y los méritos del padre Berríos, aunque no comparte algunas de sus opiniones, mientras que sobre Juan Carlos Cruz afirmó que comparte su indignación y reconoce "el injustificable y doloroso abuso del que fue objeto", sin embargo, aclaró que en su momento estimó que no era prudente su incorporación a una comisión pontificia cuando estaba en marcha un proceso judicial.

Debido a que la violación de la correspondencia privada es un acto ilegal, el cardenal aseguró que está evaluando qué fue lo que pasó para determinar si se presentará una querella, aunque por ahora lo que lamenta es "que se malinterprete y confunda el intercambio de opiniones privadas con un intento de acallar una supuesta visión crítica"

Sobre la solicitud de algunos parlamentarios DC de que se margine de la celebración del tedeum ecuménico, dijo que es una tradición que el arzobispo de Santiago presida esta celebración ecuménica, por lo que no veía razón para no hacerlo. Además, negó cualquier nexo con el ex ministro Enrique Correa.

Acerca de que estos mensajes pudieran influir en esta etapa decisiva del juicio civil del caso Karadima, en el cual el Arzobispado está demandado por $450 millones por un supuesto encubrimiento de los abusos, estimó que no tiene ningún derecho de "entrar en las intenciones o en la conciencia de las personas que han interpuesto un juicio civil en contra del Arzobispado de Santiago. Los vergonzosos y dolorosos abusos cometidos por Karadima, y que corresponden a la verdad de los hechos, han sido denunciados y sancionados firmemente por la Iglesia (...). Desde mi conciencia, le puedo asegurar que no se han encubierto abusos de ningún tipo y, por ello, tengo la certeza de que el juez actuará apegado a la justicia y buscando laverdad".

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