El agujero en la capa de ozono es uno de los problemas medioambientales que más tiempo lleva en activo, concretamente desde la década de 1980. Cuando parecía estar desapareciendo del cielo, el Servicio de Monitoreo de la Atmósfera Copernicus de la Unión Europa notificó que este año el orificio alcanzó su tamaño más grande, extendiéndose por el tamaño de todo un continente más allá de la Antártida.

Hace solo dos años, la misma organización había asegurado que el agujero de ozono había alcanzado su tamaño más pequeño jamás registrado desde que existe este problema. Sin embargo, el de este año ya figura entre los 25 más grandes en los libros récord y el de mayor tamaño desde el año 2010, cubriendo un área aproximada de 22 millones de kilómetros cuadrados, más del doble del tamaño que tiene toda Europa.

Según los datos históricos, su tamaño podría seguir aumentando en este año, ya que su pico de máxima apertura suele producirse a finales de septiembre y principios de octubre, con la llegada de la primavera al Hemisferio Sur.

¿Cuáles son los factores que influyen?

Se debe a varias razones. Uno de ellos es que la capa de ozono se debilita año a año por la contaminación del aire y factores meteorológicos. Otra razón es la potencia que tuvo el vórtice polar este año en el Polo Sur, lo que no ha permitido que esta filtración de la atmósfera haya podido regenerarse.

¿Cuáles son las consecuencias?

Esto provoca que la capa de ozono no pueda filtrar correctamente la radiación ultravioleta (UV) y en consecuencia acelera el aumento de temperatura en el planeta. Si bien se ha logrado un cambio drástico con la disminución de plásticos y el uso de químicos, se espera que la capa de ozono tarde décadas en recuperarse por completo.

Como dato anecdótico, el año pasado se vió por primera vez un agujero en la zona del Polo Norte y solo tardó unas semanas en cerrarse por completo.

Finalmente, Vincent-Henri Peuch, director del Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copérnico, dijo en un comunicado de prensa que la recuperación es un proceso largo y lento, pero estos años malos no significan que el progreso se haya tirado a la basura, sino que es algo normal.

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