En octubre de 2010, un equipo de astrónomos de la Universidad de Athabasca descubrió el que hasta la fecha, era el único y primer asteroide troyano terrestre. Se trata del 2010 TK7, una roca de 300 metros de diámetro que comparte la órbita de nuestro planeta alrededor del Sol.

Pero, ¿qué es un asteroide troyano? Son pequeños cuerpos que orbitan alrededor de los puntos lagrangianos L4 y L5 del Sistema Sol-Tierra. Si consideramos solo el sistema Tierra-Sol, entonces las leyes de gravedad de Newton establecen que hay cinco puntos donde todas las fuerzas que actúan sobre un objeto se anulan entre sí.

Estas regiones se denominan puntos de Lagrange, se dividen en cinco y son áreas de gran estabilidad.

Una “segunda Luna” acompañará a la Tierra

Una década después del hallazgo de 2010 TK7, un equipo de astrónomos internacionales encabezados por la Universidad de Alicante, el Instituto de Ciencias del Cosmos de la Universidad de Barcelona y el Instituto de Estudios espaciales de Cataluña, han detectado un segundo asteroide troyano terrestre: el 2020 XL5.

Fue encontrado gracias a los telescopios de 4 metros de diámetros ubicados en Arizona y Chile, y se estima que posee alrededor de un kilómetro de diámetro, acompañando a la Tierra durante los próximos cuatro mil años, lo que califica como transitorio.

Su ubicación varía entre aproximadamente 90 millones y 270 millones de kilómetros de la Tierra. Como referencia, la Luna está a 384.400 kilómetros de la superficie terrestre.

Un poco de historia

El primer asteroide troyano fue descubierto en 1906 por el astrofotógrafo Max Wolf, quién detectó una roca que se mantenía delante de Júpiter en su camino alrededor del Sol.

Actualmente, se tiene constancia de troyanos que acompañan las órbitas de Júpiter, Marte, Venus, Urano y Neptuno, además de los dos que siguen a la Tierra.

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