La deshidratación es una pérdida significativa de agua y electrolitos en el cuerpo, lo que puede poner en peligro nuestra salud. Este fenómeno ocurre cuando se pierde más líquido del que se consume, dejando al organismo por debajo de los niveles mínimos necesarios para su funcionamiento adecuado. De acuerdo con la Clínica Dávila, la deshidratación también puede ser un efecto secundario de enfermedades como la gastroenteritis, especialmente en los meses de más calor.
Síntomas y riesgos de la deshidratación
Es crucial identificar los síntomas de deshidratación a tiempo para evitar complicaciones graves como el shock hipovolémico, que se produce cuando el cuerpo pierde una cantidad crítica de líquido, afectando el flujo sanguíneo necesario para que el corazón funcione correctamente. Entre las personas más propensas a la deshidratación se encuentran bebés y niños pequeños, adultos mayores, y aquellos con enfermedades crónicas como diabetes, insuficiencia renal o afecciones cardíacas, así como quienes viven en climas cálidos o realizan actividades físicas intensas.
Síntomas leves de deshidratación:
- Sed intensa
- Fatiga
- Mareos
- Dolor de cabeza
- Confusión
- Boca y ojos secos
- Piel seca y arrugada
- Orina oscura
- Frecuencia cardíaca acelerada
- Respiración rápida
Síntomas graves de deshidratación:
- Calambres musculares persistentes
- Desmayo o pérdida de conocimiento
- Pérdida de elasticidad en la piel
- Ausencia o mínima cantidad de orina
- Confusión mental
Ante cualquiera de estos síntomas graves, es fundamental buscar atención médica inmediata, ya que la deshidratación severa puede tener consecuencias fatales si no se trata a tiempo.
Consejos para prevenir la deshidratación
Para prevenir la deshidratación, especialmente durante los meses de calor, Clínica Alemana ofrece una serie de recomendaciones prácticas
- Mantente hidratado: Bebe al menos 8 vasos de agua al día, y más si sudas mucho o el calor es intenso.
- Bebe otras bebidas hidratantes: Además de agua, considera jugos de frutas sin azúcar, infusiones o bebidas isotónicas.
- Evita bebidas con cafeína y alcohol: Este tipo de bebestibles pueden aumentar la deshidratación.
- Protege tu piel del sol: Usa protector solar con un FPS de al menos 30 si vas a estar al aire libre por mucho tiempo.
- Consume alimentos ricos en agua: Frutas y verduras son una excelente fuente de hidratación.
- Evita la exposición solar en las horas más calurosas: De 12 a 5 de la tarde, lo mejor es permanecer en la sombra.
- Prepárate antes de hacer ejercicio: Bebe agua antes de realizar actividades físicas extenuantes.
- Usa ropa ligera y holgada: Esto permite que tu cuerpo respire.
- Protege tu cabeza y ojos: Usa sombrero y lentes de sol para prevenir golpes de calor.
Siguiendo estos consejos y prestando atención a los signos de deshidratación, puedes reducir significativamente el riesgo de complicaciones graves y mantener tu salud en óptimas condiciones durante los días calurosos.