La frase "voy & vuelvo" sobre el féretro y la música de su hermana Violeta Parra protagonizaron este miércoles el adiós multitudinario al "antipoeta" Nicanor Parra en la Catedral de Santiago.

El escritor, ganador del premio Cervantes en 2011, falleció el martes a los 103 años en su casa de la comuna de La Reina. Su muerte conmovió al país, que decretó dos días de duelo y abrió la Catedral, reservada a los grandes eventos, para su despedida.

Como su obra, su muerte rompió los esquemas. La majestuosidad de la Catedral de Santiago, con sus vitrales y figuras religiosas, se inundó de sonidos y bailes populares relegando a segundo plano los formalismos representados en la presencia de la presidenta Michelle Bachelet y del presidente electo Sebastián Piñera.

Despedimos "al último de los Parra, el último de la generación de los hermanos de la Violeta, el hermano mayor, el más potente", señaló Tita Parra, nieta de Violeta.

Tita, digna representante de la familia más artística de Chile, despidió a Nicanor tocando los acordes y cantando las letras creadas décadas atrás por su legendaria abuela. Los aplausos al son de la música encendieron a quienes acudieron a la ceremonia íntima que antecedió a la entrada de miles de personas.

Una pareja bailando cueca y gritos de apoyo al poeta completaron la peculiar escena a los pies del altar.

Rescatador de la cultura popular

Afuera de la Catedral cientos de personas de todas las edades, algunas con libros y flores en sus manos, hicieron fila para ingresar al templo a despedir al poeta.

Parra hizo historia en la poesía del siglo XX con un estilo rupturista que llevó a repetir sus versos a sectores populares. En la academia, rompió los esquemas con su antipoesía, género con el que instauró en las letras un lenguaje caracterizado por el léxico simple, la ironía y los temas cotidianos.

"Gracias a la vida"

"Ni muy listo ni tonto de remate / Fui lo que fui: una mezcla / De vinagre y aceite de comer / ¡Un embutido de ángel y bestia!", escribió el autor en su "Epitafio", un poema escrito en 1969 y leído el miércoles frente al féretro.

Físico, matemático y docente, el poeta dejó una obra en la que sobresalen "Poemas y antipoemas", su segundo libro publicado en 1954, "Antipoemas" (1960), Manifiesto (1963), "Poesía política" (1983) y "Páginas en blanco" (2001).

Más allá de sus versos, Parra sobresalió por su extravagante personalidad, que tomaba forma con irónicas opiniones. Poco amigo de recibir a la prensa y homenajes, Parra mantuvo una relación ambigua con su compatriota y Nobel de Literatura en 1971, Pablo Neruda.

Hermano mayor de la emblemática cantautora Violeta Parra y parte de una familia de artistas, el poeta declaró años atrás en una de sus últimas entrevistas: "La Violeta siempre fue abajista, yo siempre fui arribista", un juego de palabras en alusión a las voces que lo criticaron durante toda su vida por alejarse del discurso de la izquierda.

Uno de los temas más famosos de su hermana, "Gracias a la vida", sonó este miércoles en la Catedral, penúltima morada del escritor que será enterrado el jueves -al igual que Neruda- junto al mar, en una localidad de la región de Valparaíso.

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