Cuando Alexander Lapshin pisó tierra en Nagorno Karabaj, en el Cáucaso, sabía que se adentraba en una de las zonas más militarizadas del mundo, escenario de una disputa que lleva librándose desde hace décadas.

Desde que se independizó de facto en 1994, varias negociaciones para lograr acuerdos de paz han fracasado y la disputa entre Azerbaiyán y los habitantes del enclave de mayoría armenia -y apoyados por el país vecino Armenia- sigue vigente.

Lapshin es un popular bloguero israelí -con pasaporte ruso y ucraniano- más conocido por sus irónicas observaciones sobre los lugares que visita que por sus ideas políticas.

En su blog "Life Adventures" (aventuras de la vida) cuenta sus problemas de transporte, sus viajes a lugares extraños y poco conocidos y sus opiniones sobre la belleza de las lugareñas. Y, muy de vez en cuando, cuestiones de política internacional. Sus publicaciones suelen ser difundidas en la web LiveJournal.

Pero su última odisea terminó en una cárcel en Bielorrusia, generando protestas del Comité Nacional Armenio de Estados Unidos frente a la embajada en Washington y reacciones de políticos de cuatro países, incluido el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia y el presidente bielorruso.

¿Cómo empezó todo?

Lo que encendió la mecha fueron las repetidas visitas de Lapshin, de 40 años, al disputado territorio montañoso, internacionalmente reconocido como parte de Azerbaiyán, pero enteramente poblado por personas de origen étnico armenio que llevan años buscando el reconocimiento de su república de facto.

El de Nagorno Karabaj es hoy día un conflicto no resuelto, fruto de la disolución de la Unión Soviética, en donde se disputó una sangrienta guerra que acabó con la vida de más de 20.000 personas y con la huída masiva de cerca de un millón.

La primera vez que el bloguero visitó la zona fue en 2011. Y repitió al año siguiente. Después, escribió sobre esas visitas en su blog.

Los fiscales azeríes le acusaron de entrar al que consideran su territorio de manera ilegal y, como resultado, le prohibieron visitar Azerbaiyán.

Pero, a pesar de ello, Lapshin viajó de nuevo al país en 2016, esta vez usando un pasaporte distinto.

En su documento de viaje ucraniano está escrito su nombre de forma ligeramente diferente, lo cual le permitió eludir el veto.

Además, las autoridades azeríes dicen que el escritor habló a favor de la independencia de la región en sus publicaciones. Bajo la ley azerí, reclamar cambios sobre la "integridad territorial" del país es ilegal.

Pero estas acusaciones son difíciles de verificar, pues gran parte de lo que escribió Lapshin fue borrado de la web tras su arresto el pasado 15 de diciembre.

Críticas al gobierno

Aunque la mayoría de las publicaciones originales que escribió sobre Nagorno Karabaj fueron eliminadas, una nueva publicación sobre una entrada que escribió en abril de 2016 todavía existe en otro blog.

En ella, se declaró neutral en la disputa entre Armenia y Azerbaiyán, pero criticó al gobierno y a medios de comunicación azeríes.

"Al leer lo que publican sus medios da la impresión de que las autoridades y los periodistas azeríes creen que su propio pueblo es idiota", escribió.

"El ejército de Azerbaiyán es incapaz de atacar Karabaj por razones tanto estratégicas como políticas. Si pudieran hacerlo, lo habrían hecho hace mucho tiempo. 23 años es suficiente".

Las reacciones

Rusia e Israel se pronunciaron al respecto y exigieron que Lapshin fuera liberado.

Durante una conferencia de prensa en enero, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, dijo: "Rusia se opone a la criminalización de sus visitas por parte de periodistas y otras personas a su territorio o a otros territorios en diferentes regiones. Moscú no está de acuerdo con la extradición a un tercer país de rusos detenidos en el extranjero".

Sin embargo, la solicitud de extradición continuó abriéndose paso en los tribunales bielorrusos, mientras Lapshin seguía en una prisión en Minsk.

El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, les dijo a las agencias de orden público que debían cumplir con la solicitud.

El viernes, en una conferencia de prensa declaró que Lapshin "fue detenido de acuerdo con una decisión de Interpol y según la ley de Azerbaiyán".

Y agregó: "Los rusos lo quieren. Los israelís también. Según la decisión [del tribunal] debemos transferirlo a Azerbaiyán. Por supuesto que podríamos liberarlo, pero eso no estaría bien".

Por su parte, la diputada del Parlamento israelí Ksenia Svetlova se declaró a favor de la liberación del bloguero y disuadió a Lapshin de que escribiera una carta de disculpa a las autoridades azeríes.

Asimismo, pidió garantías para que, en caso de extradición a Azerbaiyán, Lapshin fuera inmediatamente liberado.

"La familia de Lapshin está esperando algún tipo de respuesta por parte de los azoríes", le dijo Svetlova a la BBC.

Mientras tanto, la esposa de Lapshin, Ekaterina, usó el blog y cuenta de Facebook de su marido para decir que le permitieron visitarle durante una hora en diciembre, pero desde entonces le denegaron la posibilidad de ver de nuevo a su marido.

También usó la red social para expresar sus inquietudes sobre las condiciones de la prisión. "Hace mucho frió, unos -29 o 30 grados en Minsk. Y se siente especialmente en la celda donde (Alexander) está detenido", escribió hace apenas unos días.

Además, estuvo circulando en la red una campaña en la página web Change.org en ruso que aboga por la liberación del periodista.

Y el Comité Nacional Armenio de Estados Unidos organizó protestas frente a los consulados bielorrusos en Nueva York y en Washington.

La extradición

En estos días, Lapshin se encontraba a la espera de una decisión final por parte de la Corte Suprema en Bielorrusia.

Pero su último recurso ha sido rechazado, y el bloguero fue extraditado a Azerbaiyán este martes, según confirmó el ministro de Asuntos Exteriores, quien también explicó que fue transferido a una prisión local luego de aterrizar en Bakú, la capital del país.

"Estamos siguiendo de cerca el caso de Lapshin y estamos en contacto con las partes pertinentes a través de canales diplomáticos y consulares", dijo el ministro de asuntos exteriores de Israel, Emmanuel Nahshon.

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