La historia de Gary Plauché, el hombre que asesinó al abusador de su hijo frente a las cámaras de televisión, sigue generando impacto décadas después. El trágico suceso ocurrió en 1984 y expuso, de manera cruda, la impotencia de una familia frente a un crimen atroz.
Todo comenzó cuando Jody Plauché, de apenas 11 años, fue secuestrado por su entrenador de karate, Jeff Doucet. El abusador trasladó al niño desde Luisiana hasta un motel en California, donde lo violó reiteradamente. Sin embargo, gracias a un descuido de Doucet, el pequeño logró llamar a su madre, lo que permitió su rescate.
Sin embargo, esa no fue la primera vez que Doucet abusaba de Plauché. "Lo que pasó conmigo fue que él me ayudaba a estirarme y luego comenzaba a tocarme la parte interna de los muslos... esa era su manera de normalizar el contacto inapropiado que venía" relató Jody.
El abuso comenzó a volverse sistemático y durante un paseo en auto, Doucet permitió que Jody se sentara sobre sus rodillas para "manejar" su Datsun 280ZX. Fue entonces cuando el joven comenzó a entender que algo estaba mal y sintió el primer contacto inapropiado de su instructor de karate, un gesto que intentó justificar como un accidente, aunque más tarde comprendió que era intencional.
Poco después, los abusos se intensificaron. En un retiro del equipo, Doucet alojó a varios alumnos en una habitación de motel, compartiendo la cama con Jody y otros dos niños. Esa noche, el joven despertó y encontró a su maestro tocándolo, pero, paralizado por el miedo, fingió estar dormido.
Al día siguiente, Doucet intentó asegurarse de su silencio. Al ver que Jody no lo confrontaba, el abusador entendió que podía actuar con mayor libertad. A partir de ese momento, los abusos se volvieron casi diarios, culminando en el secuestro de Jody el 19 de febrero de 1984.
La desesperada acción del padre de Jody Plauché
Si hasta aquí la historia es dramática, lo que ocurrió después quedó grabado para siempre en la retina de los estadounidenses y el resto del mundo. Doucet, de 25 años, fue detenido y trasladado de regreso a Luisiana. En el aeropuerto, mientras era escoltado por la Policía y seguido por reporteros del canal local WBRZ-TV, Gary Plauché, padre de la víctima, se camufló entre la multitud con un gorro y lentes oscuros. Sin dudarlo, sacó un arma y disparó directamente en la cabeza del agresor de su hijo, en un acto que fue grabado en vivo.
Tras el disparo, Doucet quedó en coma y falleció al día siguiente. El momento fue tan impactante que uno de los agentes de seguridad exclamó la icónica frase: "¿Por qué, Gary, por qué?", que luego inspiró el título del libro autobiográfico de Jody Plauché.
Gary fue arrestado, pero pasó solo unos pocos días en prisión. Posteriormente, recibió una condena de libertad condicional y fue sentenciado a realizar servicio comunitario, sin pisar nuevamente la cárcel. El padre contaba con el apoyo masivo de la opinión pública estadounidense, que lo veía como un símbolo de justicia frente a un sistema ineficaz.
¿Qué fue de Jody Plauché?
Décadas más tarde, en una entrevista concedida en 2021 al diario británico The Sun, Jody Plauché reflexionó sobre los eventos que marcaron su vida. “Entiendo por qué hizo lo que hizo, pero creo que es más importante que un padre esté presente para ayudar a su hijo que arriesgar su futuro enfrentando cargos judiciales", declaró.
También recordó una conversación íntima con su padre, fallecido en 2014 a causa de un derrame cerebral. Gary le confesó que en aquel momento pensaba que iba a morir y sentía que no tenía nada que perder: “Uno de los dos, o ambos, moriríamos esa noche”, le dijo.
Jody reveló además que su padre jamás se arrepintió de sus actos, y que incluso recibió el perdón religioso. “El sacerdote local le lavó los pies y le concedió la absolución, lo que ayudó a mi padre a sobrellevar mentalmente lo que había hecho”, explicó.