La expresión inglesa "to feel blue", cuyo significado literal sería algo así como "sentirse azul", es la forma habitual de describir el llamado "Blue Monday" o, en español, "el día más triste del año". Una forma de referirse a un estado de ánimo de tristeza o lamento. En 2024 se celebra el 15 de enero. Pero, ¿cómo se formó realmente esta expresión? La respuesta podría estar detrás de una fórmula matemática.

Combinación de factores

Hace unas dos décadas, el psicólogo Cliff Arnall determinó cuándo sería el día más triste del año a través de una fórmula matemática que tenía en cuenta distintos factores. Elementos a analizar como el clima, las deudas adquiridas durante las fiestas navideñas, el tiempo que había transcurrido desde dichas festividades o la motivación para iniciar propósitos de año nuevo.

Todo ello se redujo a designar el tercer lunes del año -este 15 de enero -como la fecha que aglutinaba todos esos factores.

En la cultura anglosajona, el "Blue Monday" viene determinado por la psicología del color, en la cual "blue" se suele emplear para hablar de tristeza.

Desde su designación han crecido tanto fanáticos como detractores de la fórmula, especialmente de la comunidad científica o por el propio Arnall. Muchos profesionales de la salud mental critican año tras año su base científica y que el concepto banalice enfermedades como la depresión.

En conversación con la agencia Europa Press, José Ramón Pagés, coordinador nacional de la Asociación Nacional de Ayuda al Enfermo de Depresión, de España, comenta que aunque sí que es cierto que hay un agravamiento de las depresiones en primavera y otoño, la idea que exista el día más miserable del año es "ridícula".

"Es como si se inventan que durante el cuatro de octubre proliferan los cánceres más que durante otros días", señala Pagés.

En los últimos tiempos, no obstante, agencias de marketing han aprovechado la fama de este día para promover productos como solución a este período de tristeza.

Blue Monday: El verdadero origen

De acuerdo con National Geographic, diversas encuestas han tratado de determinar cuál es el día de la semana más odiado por la población. La creencia popular dice que es el lunes, aunque la respuesta varía en función de las dinámicas laborales. En 2010, la Escuela Económica de Londres afirmó que "los martes son los nuevos lunes", en referencia a la mala puntuación que recibió el segundo día de la semana en términos de felicidad.

Bajo esta idea de tristeza versus felicidad, en 2005, la agencia Sky Travel -actualmente desaparecida- publicó una nota de prensa en la que destacaba los estudios del psicólogo Arnall y manifestaba que la solución a la tristeza se hallaba en planificar un viaje con sus servicios. Una estrategia de marketing que tuvo un gran éxito, según destaca National Geographic, "ya que no solo hizo aumentar las ventas de paquetes de viaje de esa temporada, sino que logró enviar un mensaje a la sociedad que permanece hasta el día de hoy, aunque se sepa que no existe ninguna investigación que respalde la teoría".

¿Mito o realidad?

Pese a que la comunidad científica criticó la fórmula de Arnall por carecer de fundamento, así como su uso publicitario, lo cierto es que existen ciertas particularidades en enero que provocan que esta efeméride de "el día más triste del año" se haya popularizado.

Algunos elementos sí cuentan con base científica. Es el caso del cansancio o cambios de humor. Durante la época navideña se consumen muchos productos con altos niveles de azúcar, lo que ayuda al cerebro a segregar dopamina. "Este neurotransmisor está involucrado en muchas funciones cerebrales relacionadas con los sistemas de recompensa y la adicción", dicen desde National Geographic, por lo que "cuando dejamos de ingerir azúcar después de un período en el que la hemos consumido de forma excesiva, pueden aparecer algunos síntomas como dolor de cabeza, cansancio o cambios de humor", destacan.

Otro factor del que el "Blue Monday" se ha aprovechado es la vuelta al trabajo. La vuelta a la rutina puede aumentar los niveles de estrés, irritación o sentirse abrumado, además de la adaptación a otros horarios, lo que puede provocar problemas de sueño.

En tercer lugar, y algo que el propio Arnall apuntaba, el clima también es crucial para determinar el estado de ánimo. "Se conoce como Trastorno Afectivo Estacional (TAE) al conjunto de síntomas -entre ellos, la sensación crónica de tristeza y cansancio- que algunas personas sienten durante el otoño y el invierno, cuando los días se acortan, las temperaturas descienden y la luz es cada vez más escasa", comentan desde National Geographic.

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