La historia de Ana y Daniel Parra, quienes son hermanos y pareja a la vez, continúa dando de qué hablar, sobre todo en España. Si bien llevan más de 9 años juntos y actualmente tienen dos hijos, siguen en la lucha para contraer matrimonio, pese a que el Código Civil de España prohíbe casarse entre parientes directos.

Según la legislación vigente, Ana y Daniel no pueden casarse. "En Suecia, por ejemplo, sí que nos dejarían casarnos. Hemos hablado con alguna abogada y nos dicen que no sería tan difícil, pero es mucho tiempo y dinero", mencionó en su momento Ana.

Para poder hacerlo en España, Ana tendría que rechazar a su padre y renunciar a él, y que alguien la adoptara, "pero al ser mayor de edad es muy complicado", dice Dani.

Ese sería el último paso para formalizar la relación de nueve años que llevan. Su único fin, dicen, es que les dejen vivir su amor con total libertad, sin prejuicios ni trabas legislativas.

"Las sociedades deben avanzar y no anclarse en tradicionalismos. A los homosexuales tampoco les dejaban casarse y ahora sí pueden. Nosotros nos amamos y eso es lo que debería prevalecer. No hacemos daño a nadie. Por eso queremos que la gente conozca nuestra historia de verdad", manifiestó Ana en entrevista con El Español en abril pasado.

La historia de Ana y Daniel

En 2017 los españoles Ana y Daniel, le comunicaron a su familia que eran oficialmente una pareja y lo hicieron durante un programa de televisión.

"Queremos decirles que además de hermanos, somos pareja, estamos enamorados", dijeron en esa oportunidad. El video de ese momento se encuentra en la web hace tiempo, pero ahora vuelve a ser noticia porque la pareja comenzó una campaña mediática para que la Justicia de España le permita casarse.

Ana, de 35 años y Daniel, de 32, son medio hermanos por parte de padre. El hombre se separó de la madre de Ana y nunca más la contactó. Luego, formó una pareja con otra mujer y tuvo a Daniel.

Tras 9 años de relación la pareja quiso volver a contar su historia para poder casarse porque el Código Civil de su país prohíbe el matrimonio entre parientes directos, pese a que el incesto no está considerado delito desde 1978.

Actualmente, los niños van a un colegio Montessori, donde encuentran todo tipo de familias, por lo que saben cuál es la historia de sus padres. Sin embargo, Ana y Daniel admiten que aún son muy pequeños y no entienden del todo lo que significa.

En relación a la exposición que dan a los menores, Ana explicó que sube fotos de ellos a las redes sociales para que las personas no crean que tienen enfermedades genéticas o para que no los juzguen diciendo que no pensaron en los posibles peligros para los pequeños en un futuro.

Según lo señalado por Ana al medio El Español, cuando ella tenía 20 años de edad desubrió que su padre, quien la abandonó cuando era bebé, había tenido un hijo fruto de otra relación. Ante este hallazgo, la mujer decidió buscar a su medio hermano en redes sociales.

El contacto se inició a través de Facebook, donde primero se hicieron amigos y comenzaron a sentir atracción, por lo que con el paso del tiempo la relación comenzó a ser más estrecha. Si bien primero se fueron a vivir juntos como amigos para economizar gastos, finalmente en una fiesta, Daniel la besó y desde ese momento iniciaron una relación a escondidas que duró dos años.

"Intentamos mantener esa relación de hermanos, que es lo que marcan los cánones, pero nosotros no lo sentíamos así... No existía ese sentimiento fraternal. Yo conocí a una chica que me decían que era mi hermana y que tenía los mismos gustos que yo y me lo pasaba muy bien con ella, pero no la podría catalogar como a una hermana", expresó Daniel.

Sobre el momento en que se produjo el cambio de amistad a 'algo más', la aludida indicó que "estábamos en una fiesta, nos acercamos lentamente y nos dimos nuestro primer beso", aseguró y agregó que "fue espontáneo, nada premeditado".

Luego del beso, ambos se sintieron con culpa porque sabían que moralmente su relación entraba en los cánones de lo prohibido. La pasaron mal hasta que decidieron dejarse llevar y consiguieron el apoyo de sus amigos.

"La sociedad se rige por unas normas morales y nuestra moral, en el fondo, nos impedía dar ese paso. Y es una tontería ya que, si lo piensas, nuestra relación es como cualquier otra excepto por un libro de familia que dice que somos hermanos de sangre", concluyó Daniel.

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