Un nuevo estudio científico advierte que la rigidez progresiva del colon, provocada porinflamación crónica, podría desempeñar un rol clave tanto en la aparición como en el desarrollo del cáncer colorrectal de inicio temprano (CCR). La investigación fue codirigida por especialistas del Centro Médico UT Southwestern y publicada en la revista Advanced Science, aportando antecedentes que podrían abrir nuevas líneas de prevención, diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.
Según los autores, el CCR de inicio temprano representa cerca del 12% de los diagnósticos en Estados Unidos desde 2020, una cifra que contrasta con la disminución sostenida de los casos de aparición promedio, habituales después de los 50 años, durante las últimas tres décadas. Este incremento en adultos jóvenes sigue siendo un fenómeno difícil de explicar para la comunidad científica.
La doctora Emina Huang, profesora de Cirugía de Colon y Recto en UT Southwestern, explicó que factores como el estilo de vida, el sobrepeso y la exposición ambiental favorecen la inflamación intestinal, aunque hasta ahora no estaba claro por qué este proceso derivaba en cáncer a edades tempranas. El punto de partida del estudio fue una observación conocida en otros tumores: la inflamación crónica genera cicatrices y endurece los tejidos, una condición ya vinculada a cánceres como el de mama y páncreas.
Para profundizar en esta hipótesis, los investigadores analizaron muestras intestinales de pacientes operados en el Hospital Universitario William P. Clements y en Parkland Health, comparando tejidos de personas con CCR de inicio promedio y de inicio temprano. Los resultados fueron concluyentes: tanto los tumores como los tejidos no cancerosos de los pacientes jóvenes presentaban una rigidez significativamente mayor, lo que sugiere que el endurecimiento del colon precede al desarrollo del cáncer.
El análisis del colágeno, proteína asociada a la cicatrización, reveló que en el CCR de inicio temprano este era más denso, maduro y alineado, reforzando el vínculo entre inflamación persistente, fibrosis y rigidez intestinal. A nivel molecular, también se detectó una mayor activación de genes relacionados con el metabolismo del colágeno, la inflamación y la formación de vasos sanguíneos.
Otro hallazgo clave fue el aumento de la mecanotransducción, el proceso mediante el cual las células convierten fuerzas físicas en señales bioquímicas. En experimentos de laboratorio, las células cancerosas crecieron más rápido en entornos rígidos, mientras que su proliferación disminuyó al reducir esa rigidez.
A partir de estos resultados, Huang plantea que intervenir las rutas moleculares de la mecanotransducción podría convertirse en una estrategia terapéutica para frenar el CCR en adultos jóvenes. Además, propone avanzar en pruebas diagnósticas capaces de medir la rigidez intestinal, lo que permitiría identificar precozmente a personas en riesgo.