Los alcaldes de las ciudades del mundo pueden tener diferentes características, pero Stubbs era especial, por el simple hecho de ser un gato.

El felino obtuvo la alcaldía de la Talkeetna, Alaska, en el año 1998. Su amo, el gerente de la tienda donde vivía, decidió postularlo al municipio y triunfó en medio del descontento con el resto de los candidatos. Era el momento para que el felino demostrara que los animales también podían gobernar. Eso sí, de forma honorífica. 

Stubbs ejerció su cargo como una celebridad. Durante sus casi 20 años ejerciendo este título logró una mejora en la economía de la zona, ya que los turistas lo visitaban para intentar obtener la placentera posibilidad de acariciarlo. 

El año 2013, Stubbs fue atacado por un perro. La situación fue grave y se penso que el querido alcalde dejaría de existir. Sin embargo, el felino no estaba dispuesto a dejar a su ciudad e inició una larga lucha hasta hace unos días. 

Según informa el medio local KTVA de Alaska, su desendencia mantendrá el sillón de alcalde. Su dinastía continuará. 

Publicidad