El término "woke", viene del inglés, se traduce literalmente como “desperté”, pues es el pasado de "wake" o despertar. Su origen se encuentra en la comunidad afroamericana, donde se utilizaba para describir a aquellos individuos conscientes de las injusticias raciales y sociales. Sin embargo, con el tiempo, el concepto de “woke” ha evolucionado, convirtiéndose en un fenómeno global que abarca causas más amplias, como la igualdad de género, los derechos LGBTQ+ y la justicia económica.

En los últimos años, el movimiento "woke" ha ganado protagonismo, en gran parte gracias al auge de las redes sociales. Estas plataformas han permitido una mayor difusión y visibilidad de los temas relacionados con la justicia social, lo que ha facilitado la organización de activistas y la creación de una red global de concienciación.

No obstante, el movimiento también ha generado controversia entre los conservadores y la extrema derecha a nivel global. Mientras que para muchos representa una lucha legítima por la equidad, otros critican lo que consideran un enfoque excesivamente restrictivo e incluso amenazante. Algunos señalan que este movimiento puede limitar la libertad de expresión e incluso fomentar una "cultura de cancelación", en la que se rechaza y se margina a quienes no comparten ciertos ideales. En este contexto, el término "woke" ha sido adoptado y utilizado de forma negativa por algunas personas, quienes lo ven como una etiqueta para quienes se perciben como demasiado sensibles o extremistas en cuestiones de justicia y derechos sociales. 

En 2017, el diccionario Oxford incluyó una nueva definición para "woke", describiéndolo como "estar consciente de los temas sociales y políticos, especialmente el racismo", aunque el propio diccionario también señala que “woke” a menudo se utiliza con desaprobación o como un insulto para referirse a aquellos que, según algunos críticos, se irritan fácilmente o exageran la importancia de ciertos temas sin lograr cambios reales.

Líderes de extrema derecha en contra del movimiento "woke"

Pese a su connotación positiva de despertar y tomar conciencia, muchas personas han comenzado a utilizar el término de manera peyorativa, dentro de quienes pretenden destruir el movimiento "woke" o el "wokismo" está el presidente de Estados Unidos, el republicano Donald Trump, su homólogo argentino, el ultraliberal Javier Milei y en Chile, el candidato presidencial del Partido Republicano, José Antonio Kast.

El nuevo presidente estadounidense Donald Trump firmó dos órdenes ejecutivas para poner fin a los programas de diversidad y las políticas de identidad de género. Las políticas buscan frenar lo que el republicano llama "ideología de género" y "cultura woke". 

El presidente ultraliberal Javier Milei, fiel admirador de Trump, ha apuntado a lo mismo en sus políticas de gobierno y lo ha reforzado con polémicos dichos. Este jueves durante el Foro Económico Mundial de Davos, Milei señaló que "El virus mental de la ideología woke. Esta es la gran epidemia en nuestra época que debe ser curada. Es el cáncer que hay que extirpar". Milei incluso cuestionó el término de "femicidio" asegurando que “legaliza que la vida de la mujer vale más que la del hombre” ignorando que el término define un acto de violencia extrema contra las mujeres por razones machistas o misóginas y existe precisamente para intentar enfrentar un panorama desigual entre hombres y mujeres, pues pese a que porcentualmente son más los hombres que son asesinados, a más mujeres las mata su pareja. 

En 2023, aproximadamente 51,100 mujeres y niñas en todo el mundo perdieron la vida a manos de sus parejas o de otros miembros de su familia por motivos de género, es decir, solo por el hecho de ser mujeres. Esto equivale a un asesinato de mujer cada diez minutos, según los datos proporcionados por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).

Por su parte, durante su primer discurso tras ser confirmado como candidato presidencial del Partido Republicano, José Antonio Kast, aseguró que busca acabar con la cultura progresista o "woke"  "Vamos a quitar la cultura woke. En Chile se va a saber muy bien lo que son los woke. Hace un tiempo no se sabía. Vamos a quitar el identitarismo divisorio y el lucro disfrazado de ambientalismo (...) Les vamos a quitar esa parte de los derechos humanos que ellos usan para el pretexto de la impunidad al abuso y a la irresponsabilidad" señaló el candidato republicano.

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