Cuando aún la Reina Isabel vive el duelo por la muerte de su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo, el pasado 9 de abril, la monarquía volvió a hacer noticia aunque esta vez, por un particular emprendimiento.

Se trata de Sandringham, la cerveza de la realeza británica, elaborada en base a cebada orgánica cultivada en los terrenos de la finca real de Sandringham (nombre con que fue bautizada la bebida).

El trago está disponible en dos versiones. Una conocida como "Best bitter", que cuenta con 4,5 grados del alcohol y otra "Golden IPA", de 5 grados de alcohol. Las etiquetas de las cervezas cuentan con imágenes de una liebre y un faisán, animales que pueden ser divisados en los mencionados terrenos reales.

Cada botella tiene un costo de 3,99 libras esterlinas (poco más de 3.800 pesos chilenos) y están a la venta en el sitio web de la finca de Sandringham.

Según menciona The Times, se cree que este emprendimiento sería una especie de homenaje al mismo Felipe de Edimburgo, quien era un conocido fanático de las cervezas. Asimismo, se sabe que la Reina Isabel no gusta mucho de esta bebida y prefiere el ginebra,

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