96 días duró una ceremonia religiosa de una iglesia holandesa, donde participaron casi 1000 pastores y sacerdotes para proteger a una familia de refugiados.

Los ministros de la iglesia Bethel en La Haya llevaron a cabo una liturgia ininterrumpida desde el 26 de octubre para evitar que los cinco miembros de la familia Tamrazyan  fuesen arrestados y enviados de vuelta a Armenia. Esto, bajo el fundamento de una ley holandesa que prohíbe a la policía interrumpir los servicios religiosos.

La vigilia llegó a su fin hace unos días, cuando los organizadores recibieron la confirmación de que la familia que se refugiaba dentro de la iglesia ya no se enfrentaría a la deportación inmediata de los Países Bajos.

En un contexto donde las políticas de migración están cada vez más estrictas en Europa, religiosos de todo el continente visitaron Bethel para participar del servicio. Asimismo, más de 250 mil personas firmaron una petición para pedir un cambio a la ley según la cual cientos de familias como los Tamrazyans podrían ser deportadas.

De acuerdo a lo declarado en The New York Times, este movimiento sirvió como “contrapunto en un continente en el que los nacionalistas han ganado recientemente el cargo en Austria, Hungría e Italia, y han alcanzado una mayor prominencia en Gran Bretaña, Francia, Alemania, los Países Bajos y Suecia”.

"Todavía hay una gran tensión en nuestra sociedad, una fuerte división y polarización entre estos dos grupos. Esperamos que el movimiento para proteger a la familia pueda generar una nueva actitud hacia los extranjeros y los refugiados", señaló el Sr. Stegeman, un pastor de la Iglesia Protestante que ha actuado como portavoz de la Tamrazyans.

Stegeman también habló sobre el nuevo rol que le gustaría que asuma la iglesia en el mundo. "Espero que sea la nueva forma de ser una iglesia, una nueva forma de tener un impacto en la sociedad, una nueva forma de defender a las personas vulnerables", agregó.

Luego que los cuatro partidos de la coalición gobernante de los Países Bajos acordaron provisionalmente volver a  revisar el caso de las 700 familias que serían deportadas, la iglesia decidió que el servicio podía terminarse de manera segura.

A pesar que aún no se ha confirmado el destino de las familias ni se han dado instrucciones al Servicio Civil de los Países Bajos, Stegeman afirmó que varios líderes políticos le aseguraron que  el estado de la familia Tamrazyan estaría entre los reevaluados. Por lo pronto, los tres niños Hayarpi (21), Warduhi (19), y Seyran (15) y sus padres ya pueden caminar en público pero permanecerán viviendo en la iglesia hasta que su caso concluya.

La histórica vigilia terminó durante el miércoles por la tarde con una emotiva ceremonia que convocó a decenas de personas que repletaron la capilla.

Fue muy emotivo, muy humorístico. Nos reímos mucho, aplaudimos por mucho tiempo", dijo Stegeman.

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