Maxence, de seis años, se convirtió en el primer niño francés con una prótesis impresa en 3D, una tecnología barata y lúdica que no cuenta con ningún aval médico.

Desde 2013, una fundación estadounidense, la e-NABLE ha lanzado una red filantrópica que pone en contacto a personas con impresoras 3D con familias con hijos a los que les falta algún dedo o una mano.

Hasta la fecha, se han suministrado más de 1.500 prótesis a través de esta plataforma. Una de ellas fue diseñada por el chileno especialista en fisiología biomecánica Jorge Zúñiga, y es la misma que recibió Maxence. El prototipo se llama CyborgBeast.

Maxence forma parte del centenar de pequeños que nacen cada año en Francia con una malformación en uno o varios miembros. En su caso se trata de agenesia, ausencia de formación de un miembro durante el desarrollo embrionario.

Desde que nació, este pequeño de la localidad de Cessieu, entre Lyon y Grenoble (este), ha logrado "encontrar soluciones solo" para vivir sin la mano derecha. Sus padres decidieron, cuando nació, "no ponerle ninguna prótesis médica".

Por lo tanto, esta prótesis 3D le permitirá experimentar nuevas cosas, sobre todo, porque es muy fácil de usar. No se necesita ninguna operación. La prótesis se acopla con un velcro y se utiliza tan fácilmente como un guante.

Según su fabricante Thierry Oquidam, quien obtuvo el diseño de Zúñiga, "es un aparato que se ajusta en el brazo con velcro y está destinado a aquellos que tienen una muñeca y una palma. La flexión de la muñeca es la que hará que la mano y los dedos se doblen al tirar de los tendones. Este mecanismo, muy simple, no permite hacer cosas con mucha precisión como anudar los cordones de los zapatos pero permite hacer cosas complicadas de hacer cuando te faltan los dedos como el columpio, el patinete o atrapar un balón".

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(FUENTE: AFP)

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