Dos investigadores del Museo Americano de Historia Natural registraron la bioluminiscencia de peces árticos por primera vez después de realizar un estudio cuyos resultados fueron publicados en el American Museum Novitates este jueves.

Para sobresalir en la penumbra, muchos animales marinos han desarrollado formas de hacer que sus pieles y caparazones irradien tonos de verde, amarillo y rojo absorbiendo longitudes de onda más cortas y reemitiéndolas en una forma más larga.

Los trópicos suelen tener muchas variedades de crustáceos, nudibranquios, anémonas y peces que pueden crear su propia luz, algo muy distinto en las regiones polares. 

"El régimen de luz en los polos proporciona meses de invierno de oscuridad casi total, donde la biofluorescencia no sería funcional", dice uno de los investigadores, y agrega que "dados los meses de verano con el sol de medianoche, planteamos la hipótesis de que podría estar presente".

Una expedición a las aguas costeras del este de Groenlandia en 2019 proporcionó una respuesta sólida en forma de dos especímenes juveniles de pez caracol abigarrado (Liparis gibbus).

“Nos sorprendió encontrar estos peces caracoles juveniles con una fluorescencia brillante no solo en uno, sino en dos colores diferentes, lo que es muy inusual en una sola especie”, señaló John Sparks, curador del Museo Americano de Historia Natural.

No está claro exactamente por qué estos dos peces caracoles han desarrollado el talento, en marcado contraste con prácticamente todos los demás animales del Ártico, descubrir esto es la siguiente etapa de la investigación. 

 

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