La situación de la Fundación Las Rosas no resiste más.

Así lo asegura el capellán Andrés Ariztía, quien en conversación con "Mesa Central", programa conducido por Iván Valenzuela en Tele13 Radio, comentó el complicado estado económico de la fundación.

"Estamos en la tormenta perfecta, porque en realidad el país no ha hecho una política pública de ayuda intrafamiliar (…) esta situación no resiste más", arrancó.

El padre Ariztía envió una carta a diputados y senadores para enfrentar la necesidad de destrabar el financiamiento y el mandato del Minsal en el cuidado de los adultos mayores en instituciones como la Fundación Las Rosas o el Hogar de Cristo.

El convenio con el Ministerio de Salud, vigente desde 2013, solo reconoce 436 de los 2200 adultos mayores que se atienden en la fundación y solo se entregan 10 mil pesos por día de cama sanitaria, de los 32 mil que entrega el propio ministerio a establecimientos de salud por el mismo concepto. Esto ha provocado que la Fundación Las Rosas haya cerrado diez hogares y 539 camas en los últimos meses.

"Lo que se estableció es un convenio, no un reconocimiento de los derechos de salud que deberían tener los adultos mayores enfermos que atienden instituciones cumplen con todos las exigencias Minsal para los cuidados de salud que prestan. En eso estamos con la señora Carmen Castillo, que tiene toda la voluntad, pero necesitamos la ayuda de los diputados para ponerle presupuesto al tema y para destrabar este punto que más que ideología, hay que construirlo, porque es una búsqueda de la colaboración del residente enfermo, la sociedad civil y ahora el puente con el Estado que tiene que reconocer los servicios que estas instituciones prestan. Nuestros abuelos tienen ocho patologías crónicas graves cada uno, pero somos una medicina paliativas”, dijo sobre este punto.

¿Cuál es el presupuesto que se necesita?

"Carmen Castillo estableció una mesa de trabajo para establecer ese valor. Hoy en la fundación tenemos casi 300 personas contratadas para la atención de la salud: médicos, podólogos, nutricionistas, etcétera y ese costo significa el 30% de nuestro costo total, que financiamos nosotros y en una parte pequeña por Fonasa. Es un costo creciente el costo de la salud. Una persona puede cuidar hasta a 20 personas autovalente, pero si están postrados solo siete y si tienen demencia senil, solo tres. Tenemos 1600 personas en sus cuatros turnos para cuidar a nuestros residentes y es un costo enorme. Somos siempre fiscalizados cada seis meses y le hacemos exámenes de dependencia y con ese número se establecen las personas para su cuidado. A pesar a la condición, tenemos que lograr a que puedan vivir con alegría, pese al dolor”, criticó.

"Tenemos que destrabar el concepto y reconocimiento de derecho al interior de la fundación por parte del Minsal y ponerle un precio y ponerle cuál es la prestación que podemos hacer; presencia de médicos y lugares físicos que se requieren y eso el estado lo puede suplir con una cantidad de dinero. Eso nos podría ayudar, porque los costos no han bajado", cerró.

Mañana jueves, el capellán Andrés Ariztía expondrá esta materia en el Congreso.

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