Los alumnos de Odontología de la Universidad Andrés Bello (UNAB) en Santiago, recibieron tarde sus mascarillas, guantes, gorros quirúrgicos y cera, incluso después de que concluyeron los cursos del primer semestre. O sea, no contaron con insumos para poder llevar a cabo sus ramos clínicos.
El paro de los estudiantes de odontología suma dos semanas y media de movilizaciones y se debe a la “falta de reinversión de los recursos”, según explicó Matías Valenzuela Concha a T13.Cl, quien forma parte del Centro de Estudiantes de la carrera.
El arancel para Odontología es de 7 millones de pesos y la matrícula –que va en alza año tras año- es de 700 mil, para los 220 alumnos que ingresan cada año.
Hoy suman 1.100 los estudiantes que cursan esta especialidad en la UNAB y de ellos, "cerca del 70% se adhirió a las movilizaciones", afirmó Valenzuela.
“En Viña del Mar, los alumnos también se unieron y continuarán indefinidamente el paro”, agregó.
QUIEBRA MESA DE DIÁLOGO
“Estamos firmes en nuestra postura, unidos y dispuestos a al riego, porque esto se nos fue de las manos”, asegura Valenzuela.
El representante de los alumnos, indicó que el vicerrector de la UNAB, Carlos Mujica, les informó en una reunión a puertas cerradas que “cualquier berrinche”, lo fueran a "reclamar" al Decanato.
Esta decisión de Mujica, significó hace dos días, el quiebre de una mesa de diálogo que se había establecido entre autoridades universitarias y alumnos, para poder lograr acuerdos y detener la paralización.
“Nos ningunearon incluso, diciendo que no estábamos acreditados, siendo que contamos con este privilegio hace cuatro años y por ello, podemos movilizarnos y exigir derechos”, aclaró.
COLAPSO DE "CLÍNICAS"
En salud los insumos y los espacios para atender a los pacientes son esenciales. Pero los alumnos de odontología de la UNAB, ni siquiera han podido contar óptimamente con ellos.
La sede más importante de este establecimiento, ubicada en calle Echaurren en Barrio República, cuenta con 19 clínicas –o sea salas equipadas y disponibles-, para llevar a cabo tratamientos a personas que se atienden con los estudiantes, como ocurre en otras carreras del área de la Salud.
Cada clínica cuenta con siete sillones: “No damos abasto”, critica Valenzuela.
Para el futuro especialista, la escuela requiere de un aumento del 20% de los insumos.
