Convención Constitucional

José Gabriel Alemparte: "Boric también debe ser el presidente de los que van a rechazar"

José Gabriel Alemparte: "Boric también debe ser el presidente de los que van a rechazar"
Ex-Ante
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El abogado José Gabriel Alemparte ha trabajado para varios gobiernos de la Concertación, incluidos los dos de Bachelet, pero se ha convertido en un crítico del proceso constituyente. “El argumento de esperar a que se termine el texto me parece tremendamente risible. Es curiosa esta sensibilidad de quienes critican que uno critique”.

-Eres de centro izquierda, pero te has distanciado del trabajo de la Convención.

-El proyecto constitucional fracasó en un elemento esencial, que es el más profundo de todos, aquello que muchos de los constituyentes no entendieron. El encargo de la ciudadanía era escribir una constitución que generara respeto y unidad. Y lamentablemente, no es así. Súmale a eso la falta de rigor técnico en muchas de las propuestas.

-¿Cómo cuáles?

– Uno de los puntos centrales tiene que ver con la independencia judicial. Se ha ido corrigiendo a partir de las críticas que hemos hecho muchos abogados: el tema partió con los jueces que iban a ser reelegidos; afortunadamente eso se cambió, pero actualmente tenemos un artículo donde cada cinco años el consejo de justicia va a poder revisar la gestión de los jueces. La evidencia sostiene, y así lo ha sostenido el profesor Cristián Riego, que eso genera un problema con la independencia de los jueces.

Otro aspecto es quiénes van a integrar ese consejo de justicia: si hay dos escaños reservados, ¿cómo se genera esa representación? No hay ningún miembro en ese consejo de la Corte Suprema. Hoy día la independencia del poder judicial está siendo cuestionada.

Aparte de eso, un elemento de sistema político que me parece muy preocupante es la equiparación de los partidos con movimientos sociales.

-Eso fue en la Comisión, pero no ha pasado el Pleno.

-Quiero ser claro: esto siempre se entendió como un proceso participativo, pero mucha gente te señala el argumento de que esto no está terminado. Entonces la pregunta es: ¿esto es realmente democrático o nos tenemos que quedar un, dos, tres momia esperando que esto termine y sólo ahí poder criticar el proyecto de constitución? Quienes hemos presentado ciertas críticas, incluso siendo personas que creemos en un cambio constitucional, hemos sido motejados de conservadores, cuando lo que hacemos es tratar de aportar a que las normas tengan una mejor resolución.

En ese sentido, el argumento de esperar a que se termine es un argumento que me parece tremendamente risible. Es curiosa esta sensibilidad de quienes critican que uno critique.

-¿Falta autocrítica en muchos convencionales?

-Uno percibe falta de autocrítica. La Convención tiene un problema de fondo y es que se está hablando a sí misma. En segundo lugar, tiene un problema de personas que están enamoradas de sus propias tesis y no están dispuestas a escuchar, más allá de descalificar a quienes hemos tratado de poner puntos, y participar de una manera legítima. Hablan de democracia pero finalmente no la practican. Efectivamente, hay una falta de autocrítica muy potente.

-¿Piensas que ya fracasó el proceso?

-El gran fracaso no tiene que ver con que se apruebe o se rechace. Aprobándose o rechazándose vamos a tener  un texto constitucional que no va a generar lo que era el mandato más profundo de la sociedad chilena, que era tener una constitución que unificara a las personas. Ese es el problema de fondo que la Convención no ha querido entender.

-Como decías, la comisión de Sistema Político aprobó un artículo que en cierto modo iguala las organizaciones sociales con los partidos políticos. ¿Es peligroso?

-Es grave porque produce el desmembramiento o la atenuación de los partidos políticos, lo que genera un atomización mayor en las cámaras de representación. En la propuesta de la comisión hay una cámara que tiene las verdaderas funciones, porque la cámara territorial tiene pocas funciones legislativas. Si tienes una cámara única con un nivel de atomización importante, eso va a generar una gran inestabilidad política.

-Otro punto que ha generado mucho debate entre abogados es el de la propiedad.

-Me preocupa mucho el debilitamiento del derecho de propiedad. Se ha ido mejorando la redacción, en un principio solo se resguardaba el derecho sobre los bienes corporales y no los incorporales; luego se corrigió y se resguardan ambos. Pero la expropiación, pese a que ha mejorado, y se estableció una norma específica, sigue siendo incompleta: el artículo permite la expropiación, siempre que se pague un precio “justo”. Esto es bastante poco preciso respecto de lo que hay hoy día en la constitución, que establece el precio al contado  al momento de toma de posesión material. Y uno se pregunta por qué retroceder en una materia que ha tenido un buen funcionamiento a lo largo del tiempo y que da certeza jurídica a aquellas personas que son expropiadas.

-Sobre el tema del sistema judicial indígena, Christian Viera decía que era lo mismo que pasa con el código laboral, que corrige desigualdades estructurales. ¿Lo ves así?

-No. Pero aquí hay un problema anterior: no se ha logrado dar una explicación clara respecto de qué se trata la plurinacionalidad. Yo asumo que este es un país multicultural, pero no plurinacional. En este país habitamos personas que venimos de distintos orígenes. La Convención ha aprobado el carácter plurinacional del Estado, pero en este minuto se acaba de rechazar la norma de la plurinacionalidad como principio. Por lo tanto hay una contradicción ahí.

Por ejemplo se ha aprobado la libre determinación de las naciones prexistentes, la existencia de autonomías territoriales, derecho al autogobierno, a la identidad, al patrimonio, a las tierras, a la protección del espacio marítimo de los pueblos indígenas, al reconocimiento del vínculo que tienen con la dimensión inmaterial de la naturaleza. Se han establecido normas especiales para Rapa Nui, como una nación que puede autogobernarse y que tiene autodeterminación, pero que depende del estado chileno para desarrollarse.

No es efectivo lo que señala el constituyente Viera, porque hay una diferencia fundamental.

-¿Cuál?

-Hay una norma que permite que yo opte, si soy de un pueblo originario, por la justicia indígena o civil. Esta distinción fue bastante odiosa respecto de  la justicia militar en su momento. La pregunta es quién va a integrar esos tribunales indígenas. ¿Existe la cantidad de jueces necesarios? Segundo, ¿qué certeza jurídica le va a dar un tribunal indígena a una persona que no es indígena?

El problema de la plurinacionalidad finalmente es reconocer en Chile distintas naciones y eso acrecienta los nacionalismos.

-¿Algo que te guste?

-Se acaba de aprobar el artículo 5 inciso  segundo, que dice que todo el derecho internacional de DDHH ingresa a la legislación chilena. Eso me parece un tremendo avance.

-¿Ya decidiste votar Rechazo?

-No, voy a esperar que haya un texto definitivo, pero sobre los puntos que te señalo tengo profundas discrepancias. No solo de fondo sino de forma. Se aisló a determinados sectores políticos, primero a la derecha, después al centro, a la centroizquierda y finalmente el PS. El proceso ha sido comandado por ciertos sectores de izquierda que pretenden más que imponer una constitución, imponer un programa.

Soy de los que voté Apruebo con entusiasmo, pero no estoy disponible para aprobar cualquier cosa, porque no cualquier cosa es mejor que lo que tenemos. Creo que es un error estratégico del presidente Boric amarrarse al éxito de la Convención. Boric también debe ser el presidente de los que van a rechazar.

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