El precio que pagó Harvard por no acatar las órdenes de Trump



Telón de fondo. Este lunes, la U. de Harvard se convirtió en la primera universidad en EEUU en rechazar los cambios propuestos por la administración Trump, que suponen una severa intervención en los planteles públicos y privados de ese país
- La decisión del plantel, tomada en respuesta a una carta enviada por la Casa Blanca, marca un punto de inflexión en el enfrentamiento entre el gobierno y las universidades estadounidenses, que venía tensionada tras la cancelación de más de 500 visas a estudiantes extranjeros que vienen realizando desde hace días en el marco de su ofensiva migratoria.
- Harvard, que ha formado a ocho presidentes de EE.UU., indicó que las exigencias de la Casa Blanca constituían una violación de sus derechos constitucionales, específicamente el de la autonomía académica.

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La carta que publicó The New York Times. El viernes pasado la universidad recibió una carta de un grupo de trabajo federal en la que se le exigía implementar varias reformas políticas dentro de la universidad.
- La carta, obtenida por el New York Times, decía que la universidad no había cumplido con las “condiciones de derechos intelectuales y civiles” que justifican la inversión federal.
- En el trasfondo de la misiva, de acuerdo al mismo medio, existía un interés de Trump por reducir el poder de los estudiantes y profesores sobre los asuntos universitarios; la denuncia inmediata de estudiantes extranjeros que cometieran infracciones, y la contratación de un tercero para garantizar que cada departamento académico tuviera una “perspectiva diversa”.
- La administración no especificó qué se entendía por diversidad de opiniones.
La respuesta del presidente de Harvard. En respuesta, Alan Garber, presidente de Harvard, afirmó que no aceptaría las demandas de la administración.
- “Ningún gobierno, independientemente del partido que esté en el poder, debería dictar qué pueden enseñar las universidades privadas, a quiénes pueden admitir y contratar, y qué áreas de estudio pueden seguir”, declaró Garber.
- Según diversos medios estadounidenses, la ofensiva de administración Trump forma parte de un esfuerzo más amplio por revisar el enfoque de las universidades sobre temas de diversidad, aunque la explicación oficial apunta a combatir el antisemitismo que marcó las protestas en varias universidades del país a partir del conflicto en Gaza.
Entre las exigencias de Trump a Harvard se incluían:
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Eliminar los programas de diversidad, equidad e inclusión que la administración considera problemáticos.
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Prohibir el uso de mascarillas en protestas dentro del campus.
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Reformas en la contratación y la admisión, buscando que los procesos sean más transparentes y basados en el mérito, según la Casa Blanca. En la práctica aquello podría significar un recorte en los programas de diversidad de estudiantes y personal académico.
El precio. El rechazo de Harvard a estas demandas tuvo consecuencias inmediatas. La administración Trump anunció que congelará la inyección de US$2.200 millones en subvenciones plurianuales y US$60 millones en contratos federales con la universidad.
- Este recorte representa una fracción de los casi US$9.000 millones anuales que Harvard recibe del gobierno federal, pero igualmente supone un golpe significativo.
- Estos fondos, de acuerdo a Harvard, financian investigaciones en la lucha contra el cáncer, la diabetes y el Alzheimer, así como el trabajo de sus recintos médicos afiliados, incluyendo el Hospital General de Massachusetts y el Hospital Infantil de Boston.
- La universidad se expone a la posibilidad de que el gobierno congele más fondos.
- La administración Trump ha dicho que las instituciones que no acaten estas nuevas políticas podrían perder la elegibilidad para recibir más fondos federales, algo que afectaría no solo a Harvard, sino a muchas otras universidades de prestigio en EEUU.
Presión a las universidades. Algunas universidades han expresado su apoyo a la postura de Harvard, señalando que la autonomía académica es esencial para el buen funcionamiento de las instituciones educativas y para preservar el libre pensamiento. Otras, sin embargo, se han mostrado más cautelosos, temerosos de las represalias del gobierno y la posible pérdida de fondos federales.
- David Armitage, profesor de historia de Harvard, dijo a la BBC que la escuela podía darse el lujo de resistir porque era la universidad más recursos en EEUU y que ningún precio era demasiado alto a pagar por la libertad.
- “Es un acto nada inesperado, una actividad totalmente infundada y vengativa por parte de la administración Trump, que no quiere nada más que silenciar la libertad de expresión”, señaló.
- La situación también ha encendido un debate más amplio sobre el papel del gobierno en la educación superior.
- Harvard, con su enorme influencia en el mundo académico y político, se ha convertido en un símbolo de resistencia frente a los esfuerzos del gobierno para imponer su visión sobre la educación superior.
- La Universidad de Columbia, en cambio, aceptó una serie de demandas en marzo después de que la Casa Blanca retirara 400 millones de dólares en fondos federales.
El tuit de Obama. El expresidente Barack Obama salió a través de su cuenta en X en apoyo de la universidad. “Harvard ha sido un ejemplo para otras instituciones de educación superior, rechazando un intento ilegal y torpe de reprimir la libertad académica, al tiempo que toma medidas concretas para garantizar que todos los estudiantes de Harvard puedan beneficiarse de un entorno de investigación intelectual, debate riguroso y respeto mutuo. Esperemos que otras instituciones sigan su ejemplo”, escribió.