Jiles y la presidencia de la Cámara de Diputados: una candidatura que tambalea

Primeros contactos. Días antes de la segunda vuelta, luego de que el Partido de la Gente lograra elegir 14 diputados, Franco Parisi anunció que Pamela Jiles sería la opción de su colectividad para presidir la Cámara de Diputados en el primer año de la nueva legislatura.

• Parisi y Jiles habían forjado meses antes una alianza de respaldo cruzados, que tras el triunfo de Kast se tradujo en una ronda de conversaciones del PDG para llevar a la testera a la diputada, que arrastra anticuerpos en la actual oposición a partir de su estilo basado en estrategias comunicacionales propias de su pasado en la farándula (con funas e insultos a sus pares).

Acuerdo con la izquierda. Así, en medio la amenaza de la parlamentaria de que le haría “la vida imposible” a Kast y los contrastes que ha marcado el economista con el presidente electo para perfilar su opción con miras a las elecciones de 2030, la idea del PDG ha tenido eco en el actual oficialismo (que también ha tenido una posición históricamente crítica hacia la diputada).

• La izquierda tiene 64 escaños, lejos de los 78 que requieren para controlar la Cámara, pero suficientes para negociar un acuerdo que suponga entregar la presidencia a Jiles y quedarse con las dos vicepresidencias de la Corporación. En juego también está la integración de las 28 comisiones legislativas, claves en el ejercicio parlamentario.

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Zona de riesgo. El principal negociador por parte del sector ha sido el PPD Raúl Soto. Hasta ahora él y otros dirigentes de izquierda han tenido dos reuniones formales con el PDG, entre ellas con el nuevo jefe de bancada, Juan Marcelo Valenzuela, brazo derecho de Parisi.

• El que Jiles llegue a la testera en 2026, sin embargo, está lejos de cuajar, por al menos dos razones. La primera pasa porque su postulación no genera consenso en el actual oficialismo. Pero la segunda, más importante aún, es que la derecha, que logró 76 escaños en noviembre, ya tendría los votos para poder retener el cargo, hoy en manos de José Miguel Castro (RN).
• Fuentes parlamentarias señalan que la derecha inició las tratativas para mantenerse en la presidencia poco después de la primera vuelta, con el nuevo mapa de la Cámara más claro.

Los votos faltantes. Desde ahí, en la búsqueda de respaldos, el equipo negociador que lidera Castro, e integrado por el republicano Benjamín Moreno, el UDI Jorge Alessandri y el libertario Cristóbal Urruticoechea, ha tomado contacto con descolgados del oficialismo.

• Entre ellos están Jaime Mulet (FRVS), René Alinco (ind-FRVS) y Felipe Caamaño (DC), quienes están abiertos a sellar un acuerdo de gobernabilidad con la derecha.
• Con ellos, el bloque sumaría 79 votos, uno más de los necesarios para retener la presidencia.
• Este pacto podría arrastrar también a otros diputados independientes a apoyar la fórmula de la derecha, y también a miembros del PDG, como Javier Olivares, quien se ha manifestado en favor de Kast.

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La condición. Un tema que se habría conversado en las negociaciones es que el actual presidente de la Cámara no ponga en tabla el proyecto de reforma al sistema político, que establece un umbral de 5% de votos para que partidos tengan representantes en el Congreso (el umbral incomoda a los partidos chicos).

Pacto de gobernabilidad. Otra opción que se explora es forjar un acuerdo administrativo más amplio entre el PDG y la centroizquierda, que incluya al PPD, el PS, la DC y el Partido Liberal, de modo de asegurar la gobernanza de la Corporación por los próximos cuatro años.

Por qué importa. El presidente de la Cámara tiene incidencia en el ritmo de su agenda, conduciendo los debates, priorizando proyectos de ley y citando a sesiones especiales, además de tener potestades sobre las comisiones legislativas.

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Candidatos opositores. Voces de la actual oposición aseguran que, tras haber conseguido 31 escaños, lo lógico es que el liderazgo de la Cámara lo tome un militante de Republicanos. En el partido de Kast corren con ventaja los diputados Agustín Romero y Juan Irarrázaval, que en marzo inician su segundo período parlamentario.

• La UDI, en tanto, ha levantado el nombre de Jorge Alessandri, mientras que en RN el diputado Diego Schalper también aparece como una carta.

El plan B del actual oficialismo. En la izquierda señalan que en caso de que el potencial acuerdo con el PDG no resulte, estarían abiertos a un pacto transversal con la actual oposición, que podría implicar una serie de renuncias para el bloque, que se encuentra en desventaja numérica.

• De todas formas, para canalizar los diálogos, la izquierda creó un grupo de WhatsApp con representantes de todas sus tiendas.

Ojo con. Jiles ha puesto en marcha una estrategia de confrontar a la clase política, desde dentro del mismo Congreso, con apodos e insultos a sus pares. Los analistas indican que el acuerdo de Parisi con ella puede generarle réditos a corto plazo, aunque hay dudas sobre su duración a partir de las señales de autonomía que ha dado la parlamentaria en las últimas semanas.