Ha habido al menos dos docenas de erupciones registradas y ahora amenaza con hacer desaparecer una población guatemalteca en la que viven 500 familias.
El volcán Pacaya, ubicado entre los departamentos de Escuintla y Guatemala, enel suroeste del país centroamericano, comenzó a expulsar un río de lava que se acerca cada vez más a la localidad de Patrocinio y también amenaza a San José el Rodeo.
Ahora los vecinos tratan de organizarse y piden ayuda a las autoridades y a la cooperación internacional para evacuar la zona.
Aunque saben que eso significa que tendrán que volver a empezar sus vidas de cero.
"¿Qué podemos hacer?"
Este viernes se celebró una nueva reunión de emergencia de los vecinos de Patrocinio.
Como la llegada de la lava a sus casas les parece "casi imparable", la gran mayoría de los pobladores pide un plan de evacuación.
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Así se lo explicó a BBC Mundo Carlos Donis, presidente del Consejo Comunitario de Desarrollo de la localidad.
"Estamos buscando la mejor forma de abandonar nuestras casas y coordinando, pero hasta ahora las autoridades no nos presentaron una estrategia de acción inmediata", indica.
El líder vecinal reconoce que abandonar Patrocinio significará para muchos de ellos "perderlo todo", pero dice que en este momento no ven otra opción.
"La lava sigue avanzando, ¿qué podemos hacer? Tenemos que llevarnos nuestras cosas, sino todo quedará devastado", afirma.
"La lava la tenemos a 400 metros de la comunidad".
La mayor parte de Patrocinio se dedica a trabajar en fábricas que están instaladas en los alrededores.
El 80% de los habitantes de la localidad, señala Donis, no tiene donde ir y por eso piden ayuda al gobierno guatemalteco.
El volcán
El volcán Pacaya tiene más de 2.500 metros de altura.
Comenzó a filtrar lava desde una de sus grietas y expulsar ceniza y humo desde su cráter hace dos meses y medio.
"No sabemos cuánto puede durar. Pueden ser muchos meses o años en los que el volcán expulse lava y esta avance unos 5 o 10 metros por día hasta alcanzar a las comunidades", explica Gino González, vulcanólogo que trabaja para la organización Volcanes sin Fronteras.
El experto indica que este fenómeno es "muy común" en el Pacaya y recuerda que una erupción similar o incluso más fuerte ya se produjo en 2010.
"Estamos hablando de uno de los volcanes más activos de Guatemala y es previsible que en algún momento la colada de lava que emite llegue a las comunidades", indica.
González añade que "el asunto es que no se sabe cuándo puede pasar. Es una especie de lengua que se va expandiendo muy lentamente, pero sin detenerse".
"Esto solo termina cuando la erupción comienza a parar y el avance se detiene, pero si la colada se mantiene en estos niveles no se puede impedir su expansión", afirma.
El experto indica que la actividad del Pacaya se asemeja al Fagradalsfjall de Islandia, que también tiene fisuras que expulsan flujo piroclástico.
Alerta y monitoreo
La Coordinadora Nacional de Reducción de Desastres de Guatemala afirmó que realiza monitoreo permanente del avance de la lava y coordina con las poblaciones en peligro.
La entidad reportó que el flujo no aumentó este viernes.
Las autoridades guatemaltecas emitieron una alerta desde el martes ante el avance del río de lava.
El Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología de Guatemala detalló que los flujos de lava se encuentran a unos 370 metros de las primeras aldeas y que ya alcanzó algunas plantaciones de café.
La entidad lindicó que la lengua de magma ya alcanza los 3,7 kilómetros de longitud.
A finales de febrero las autoridades iniciaron operaciones para evacuar a los turistas nacionales que visitaron el parque nacional que está en las faldas del volcán.
22 poblaciones con 20.000 personas se encuentran en los alrededores de la montaña, entre ellas las más amenazadas: Patrocinio y San José el Rodeo.
El Pacaya es uno de los tres volcanes activos de Guatemala junto al Fuego y el Santiaguito. En total, el país centroamericano cuenta con 32 montañas volcánicas.
En junio de 2018 se produjo una tragedia por la erupción del Fuego que dejó al menos 200 muertos y más de 100 desaparecidos.
