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Por qué hay cada vez más jóvenes que quieren ser Papá Noel en Brasil

Por qué hay cada vez más jóvenes que quieren ser Papá Noel en Brasil
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Pedro Martín y Luz Tirelli llevaban más de un año sin trabajo y vieron una salida a sus problemas en un anuncio de internet. Trabajar de Santa Claus en tiendas y residencias les ha garantizado un ingreso. Y no son los únicos.

Pedro Martín, de 60 años, vive en Guadalupe, en la zona norte de Río de Janeiro, en Brasil. Trabajó por más de tres décadas en la industria naval, contruyendo plataformas petrolíferas.

Luiz Tirelli, también de 60 años, vive al otro lado de la ciudad, en la Laguna Rodrigo de Freitas. Llegó a tener una empresa de tecnología de la información con más de 40 empleados.

Golpeados por la crisis, llevan más de un año sin trabajo. Pero aunque sus trayectorias hayan sido completamente distintas, Martín y Tirelli encontraron el mismo camino para esquivar las turbulencias financieras. Ambos trabajan como Papá Noel por primera vez en este periodo navideño.

Con una tasa de desempleo del 8,9% en el tercer trimestre de 2015 y una proyección del 10% para 2016, no son los únicos que andan buscando oportunidades laborales.

Como Martín, unas 14.000 perdieron sus puestos de trabajo en el sector del transporte marítimo en la primera mitad de este año, y solo en el estado de Río de Janeiro.

Es la industria a la que más ha afectado la crisis de Petrobras y el contexto económico en general.

"Tenía un contrato hasta 2018 para construir plataformas", recuerda Martín. "Me sentí muy decepcionado".

La crisis también tuvo un impacto directo sobre su negocio.

"De 40 funcionarios pasé a tener ocho. Y de ocho pasamos a cuatro. Después ya solo quedamos mi marido y yo. Todo empezó a desmoronarse", cuenta.

"Solución navideña"

Martín y Tirelli supieron de la escuela de Santa Claus a través de anuncios en internet y por los comentarios de los amigos.

Y en seguida vieron en ella una potencial salida para unos tiempos tan difíciles.

Además, no fueron los únicos.

Limachem Cherem lleva más de 20 años al frente de la Escuela de Papás Noel de Brasil, y dice que el aumento de sus alumnos este año es indicativo de la situación del mercado laboral.

"Ha sido un año totalmente diferente para nosotros. Debido a la crisis, hemos tenido más interesados que nunca, y de distintos perfiles", cuenta.

"Por lo general, nuestros candidatos a Papá Noel suelen tener más de 50 años y preferentemente, barba y pelo gris", explica.

"Pero ahora estamos recibiendo más y más solicitudes de jóvenes de entre 20 y 30 años, algo poco común", reconoce.

"Otra diferencia es que los que buscaban este trabajo lo que querían era un poco de dinero extra para poder comprar un regalo a los nietos", asegura.

"Pero ahora el objetivo es pagar las facturas con lo que ganan (haciendo de Santa Claus)".

Cherem dice que el años anteriores los alumnos solían ser sobre todo albañiles, mecánicos y gente con una profesión similar.

"Pero para esta Navidad hemos tenido muchos ingenieros, contables y abogados", dice.

Para el economista Marcelo Neri, expresidente del Instituto de Investigación Económica Aplicada y actual director del Centro de Estudios Sociales de la Fundación Getulio Vargas en Río de Janeiro, el 2016 podría traer un escenario económico aún más difícil.

"Es interesante ver que, a pesar del deterioro de la situación macroeconómica y de la tendencia al alza del desempleo, los brasileños están buscando empleos informales y por lo tanto la tasa de ocupación no ha disminuido", dice.

Sin embargo, teme que el panorama podría empeorar en 2016.

Planes futuros

Luiz Tirelli estaba acostumbrado a una facturación anual de cerca de US$750.000, y Pedro Martín, sumando salarios y beneficios, tuvo un ingreso de hasta US$16.000.

Ahora, ambos compiten por plazas en centros comerciales y por visitas a residencias durante la Nochebuena.

Todo por conseguir unos ingresos de más.

"El año pasado los que hicieron de Papá Noel llegaron a ganar entre US$3.700 y US$5.000 entre noviembre y el 25 de diciembre", asegura Tirelli.

"Con la crisis, si logramos la mitad de eso ya es ganancia", exclama.

El que fuera empresario pretende vender su casa en la Laguna Rodrigo de Freitas y pasar algún tiempo con una de sus hijas, quien vive en Estados Unidos.

Martín por su parte firmó un contrato con un centro comercial para hacer de Santa Claus por US$878, pero espera ganar más con otros eventos.

"Es mi primer año como Papá Noel y ya conseguí este trabajo que me permitirá pasar la Navidad", dice.

Sin embargo, no pierde la esperanza de que la situación económica cambie y pueda volver a sus orígenes.

"Sé que me pueden volver a contratar, así que he enviado el currículum. Mi intención es volver a trabajar en el sector del petróleo".

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