Durante los mundiales salen a la luz historias que sin duda son tan poco usuales como increíbles, como la de Daniel Colindres de la Selección de Costa Rica, que debutó en el fútbol profesional a los 26 años. Hoy con 33, juega un Mundial. 

La gran particularidad de este tardío debut en el mundo del fútbol recae en que Colindres era un antiguo jugador de fútbol sala de su país. Le fue tan bien que hasta terminó en el cuarto lugar de un Panamericano, donde perdió frente a la Brasil de Falcao y Betao

Tras su carrera en el fútbol sala fue un entrenador que lo conocía desde ahí el que lo llevó al Deportivo Saprissa de su país, equipo con el que tardó dos años en debutar, pero que finalmente lo hizo a los 26 años

En el 2017, tras ser llamado a la selección, comentó las ventajas de haber tenido una formación de fútbol sala ya que "todo ayuda, la forma de cubrir la bola, muchas veces los pases que sean más ajustados, el fútbol sala es más táctico en eso", enfatizó.

Nelson Matarrita, su principal valedor y descubridor, destaca la importancia del "futsal" en su forma de jugar: "Si usted lo ve, difícilmente le quitan una bola. Maja (mima) mucho la pelota, la jala y la pisa. El dominio de balón que tiene es de fútbol sala".

Colindres no es la única unión entre fútbol sala y fútbol: El último caso conocido es el del jugador del Sevilla y ex pupilo de Jorge Sampaoli, Ben Yedder, quien además fue internacional con ambas disciplinas. 

Otro caso mediático fue el del legendario futbolista danés Michael Laudrup, quien no sólo jugó con ambas selecciones (fútbol y futsal), sino que también anotó con ambas en un Mundial.

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