-¿Esta interpelación a Carolina Tohá, a una semana de la elección de consejeros el 7 de mayo, es una movida electoral, como se ha criticado?

-Nuestra visión es todo lo contrario. Estamos viviendo un clima de violencia en nuestro país, donde las familias no pueden salir a la calle sin el temor no a que sean robadas, sino asesinadas. Y lo vemos todos los días. Por eso, urge requerir respuestas para ver qué se está haciendo en materia de seguridad. Sobre todo cuando hay actitudes erráticas y contradicciones evidentes en un gobierno que tiene dos almas, que le impiden avanzar de manera clara y firme.

Decir que esto tiene una finalidad electoral es menospreciar la situación que está viviendo nuestro país. Las herramientas fiscalizadoras precisamente no tienen un momento ideal, sino que tienen que usarse cuando hay situaciones de crisis. La delincuencia está en alza, por lo tanto tratar de desviar el foco, como si fuera una táctica electoral, es poco serio.

-Pero lo dice alguien que no es de izquierda como el analista Gonzalo Müller. ¿A pocos días de la elección hay un cálculo político en esta acción?

-Yo le preguntaría a Gonzalo cuándo es el tiempo idóneo para presentar la interpelación. Es una herramienta fiscalizadora, que en cualquier minuto debería estar disponible, para dar respuesta respecto a lo que está haciendo en su cartera la ministra Tohá, en un tema tan importante como la seguridad. Siempre va a haber contingencia para señalar que no es el momento adecuado para el país. Pero usar ese argumento, es desviar la atención de lo realmente importante.

-¿Es también una forma de posicionarse con más dureza frente al Partido Republicano?

-Siempre nos hemos posicionado a través de ser firmes como oposición, pero dialogantes. Así sacamos adelante la ley Nain Retamal, gracias a la cual este jueves fueron absueltos cinco carabineros -algunos de ellos estuvieron presos- porque se les aplicó la presunción de legítima defensa. Esas son soluciones efectivas: darle mayor protección y mayor seguridad a nuestras policías para que nos protejan.

Dicen que nos queremos diferenciar respecto de Republicanos. Pero tenemos una diferencia evidente en la forma: nosotros no interpelamos ni atacamos a un sector con el que se supone que deberíamos tener más coincidencias que diferencias.

-¿Cuál es la diferencia de estilo?

-La verdad es que la diferencia de estilo queda en evidencia en quienes buscan de manera irreflexiva avanzar a cualquier costo y quienes buscan hacerlo a través del diálogo, a través de la propuesta de soluciones e ideas, con el ánimo de colaborar.

-El diputado Raúl Soto (PPD) dice que esto es una jugarreta política y que tiene un fin electoral, “una acusación injusta e irresponsable”. ¿Qué le respondes?

-Yo le preguntaría a Raúl si cuando aprobó las más de 12 acusaciones constitucionales y todas las interpelaciones que se hicieron cuando él era oposición, ¿eran jugarretas políticas que buscaban socavar al gobierno? Cuando tenemos una oposición hoy día que solamente ha hecho un par de interpelaciones y ha patrocinado una acusación constitucional, es difícil creer que efectivamente esto tiene una finalidad política.

El Presidente está rodeado de personas que aún siguen viendo la seguridad como represión. Y eso es lo que debería llamarnos la atención más que el momento y el lugar de la interpelación. No desviar el fondo del asunto.

-En la elección del 7 de mayo la derecha se juega un poco la hegemonía del sector. ¿Hay una disputa entre Republicanos y Chile Vamos por lograr esa esa predominancia?

-Estamos en un momento muy polarizado en el país. Ser oposición implica muchas veces atacar no a tu adversario, sino a quien comparte el mismo espacio político, a través de mentiras. Me parece que le puede hacer mucho daño a nuestro sector.

La hegemonía tiene que ver con la fuerza de las ideas y no con la fuerza de la confrontación y la irracionalidad. En ese sentido, obviamente tenemos diferencias con el Partido Republicano en la forma de ser oposición y espero que eso no nos divida después del 7 de mayo.

-¿Qué te parece la idea del Partido Popular, de fusionar a los partidos de Chile Vamos?

-A ver, no me parece una mala idea. Pero primero hay que resolver muchos temas internos. Somos partidos que nos complementamos, pero también tenemos una mirada particular respecto a ciertos temas y principios que pueden diferir. También se pone a prueba la complejidad de las relaciones personales. Hay todo un pasado que habría que dejar atrás y dar por superado. Pero yo en principio tendría coincidencias en avanzar hacia algo que nos diera una identidad mayor.

-¿Crees que la derecha puede conseguir un resultado histórico de más del 50% el 7 de mayo?

-Podría ser. El país exige certezas, que el gobierno no está entregando. Así que no me extrañaría de que en definitiva el 7 de mayo podamos lograr más del 50% del Consejo Constitucional. Y un buen resultado puede servir de aliciente para una unidad mucho más profunda en el sector para lo que viene.

-La ministra Tohá fue bien recibida cuando llegó al cargo y en algún momento fue de las mejor evaluadas. ¿Consideras que ha sido una mala ministra?

-No. Hay un cambio evidente con respecto a Izkia Siches. Nadie podría ponerlo en cuestionamiento. Ella tiene oficio y experiencia, pero está siendo puesta a prueba. La ministra no ha sabido lidiar con estas dos almas que tiene el gobierno y que la han mantenido inmovilizada. Cuando tienes contradicciones evidentes, finalmente no avanzas o improvisas.

-¿Estas dos almas también están en el propio presidente Boric? En la Enade elogió a los empresarios en la mañana, y en la noche hizo anuncios que inquietaron al mercado.

-El Presidente realmente cree que ayuda al mundo privado y que está colaborando con ellos cuando dice que va a crear la empresa nacional del litio. No me cabe otra explicación porque no puede decir una cosa en la mañana en ENADE y en la tarde algo absolutamente contradictorio.

Eso es porque el Presidente tiene una mirada profundamente ideológica y llena de simbolismos, pero con medidas que han fracasado en el mundo entero. El Presidente está atrapado entre lo que él piensa, sus convicciones y el sentido de la realidad.

Cuando él habla, generalmente esas palabras no se traducen en hechos concretos. Eso es porque está encadenado a una profunda convicción ideológica muy de izquierda. El país requiere que el Presidente deje sus sesgos ideológicos de lado, porque esos sesgos no han dado resultados.

-¿Pero tiene dos almas el Presidente?

-El Presidente Boric tiene un alma. Lo que pasa es que él trata de acomodar esa alma expresando algo distinto, pero ese algo distinto él no lo siente. Trata de darle en el gusto a aquellos que no piensan como él; da la apariencia de que busca diálogo, acuerdo. Pero puede finalmente terminar imponiendo una reforma previsional a su medida, una reforma tributaria y las reglas del uso de la fuerza.

Entonces, finalmente esas palabras no se traducen en acciones, porque el Presidente en su alma tiene una mirada de izquierda dura. Y no sé si está dispuesto a cambiarla, porque además tiene un tironeo constante del sector más radical de su coalición.

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