Una fuente ofensiva lanzada por los talibanes desde el sábado pasado ha dejado hasta el momento al menos 60 policías muertos y unos 40 agentes heridos, de acuerdo con reportes entregados por las autoridades este lunes (30.05.2016). Los ataques han tenido lugar en la volátil provincia de Helmand, en el suroeste de Afganistán. “Hay combates muy duros en estos momentos, más de 60 policías han muerto en las últimas 48 horas” dijo a la agencia de noticias EFE una fuente policial.

Desde el comienzo de los ataques, los insurgentes ultrarreligiosos han tomado más de quince puestos de control policial en tres de los catorce distritos: Nahr-e-Saraj, Grishk y Nadali. Los talibanes controlan amplias partes del sur del país donde se cultiva amapola, de la que sacan provecho, ya que muchos combatientes son agricultores. Durante la cosecha suelen remitir los combates para no dañarla, pero al terminar la temporada, estos retoman las armas contras las fuerzas gubernamentales.

“La situación está yendo de mal en peor, la gente está con miedo en Lashkargah (capital provincial) por el avance de los talibanes”, declaró a EFE Attaullah Afghan, miembro del consejo provincial. Según su relato, los rebeldes se encuentran a 10 kilómetros del cuartel general de la Policía provincial y amenazan la principal autopista que conecta a las provincias del sur del país.

Un tercio del territorio

Residentes de la capital dijeron que escucharon fuerte artillería y fuego de ametralladora durante la noche del domingo, y fuentes de un hospital informaron que habían atendido al menos a 40 heridos, entre ellos 30 civiles y 10 integrantes de fuerzas de seguridad. “Hay combates en Helmand, pero podemos usar efectivamente nuestras tropas para manejar la situación”, dijo, por su parte, Muhammad Radmanish, uno de los portavoces del Ministerio de Defensa afgano.

Los insurgentes han ganado terreno en zonas de Afganistán tras el fin de la misión de combate de la OTAN en 2014 y desde finales de 2015 controlan casi un tercio del territorio, según un informe del Inspector General para la Reconstrucción de Afganistán de EE. UU. (SIGAR). Esta operación es la primera acción militar de envergadura que lanzan los talibanes bajo el mando del mulá Haibatullah, designado la semana pasada al frente de los insurgentes tras la muerte hace diez días del mulá Mansur en un bombardeo en Pakistán.

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