Es una de las historias más conocidas, y a la vez insólitas, que rodean a la Luna. 

El nombre de Jenaro Gajardo Vera se hizo mundialmente conocido en la década de los 60 luego que asegurara ser el dueño "legítimo" del satélite y que su historia llegara a prestigiosos medios nacionales e internacionales, a propósito de la misión Apolo 11, donde la NASA puso a sus primeros astronautas en el suelo selenita.

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La historia popular es más o menos así. Gajardo, un abogado y poeta, buscaba ingresar al Club de Talca, un lugar que reunía a los hombres más ilustrados y acomodados de la ciudad. Sin embargo, aseguró, se le negó el acceso pues no contaba con una propiedad a su nombre.

El talquino, desilusionado, miró el cielo en búsqueda de respuestas. Y ahí, frente a sus ojos, tuvo la imagen de la Luna. Fue ahí donde, cuenta, se le ocurrió la idea que lo hizo famoso: Inscribir el satélite a su nombre. 

Pero hay otra versión. En una entrevista con el diario La Tercera, publicada el 15 de marzo de 1969, Gajardo dije que todo surgió con el objetivo de "afianzar" el prestigio de la Sociedad Telescópica Interplanetaria, una organización que lideraba y que buscaba recibir a los primeros extraterrestres que llegaran a Chile.  “Para afianzar el prestigio del grupo, a la vez que darle fama, decidí inscribir el satélite lunar a mi nombre. Hice todo el papeleo legal correspondiente, y cumplí con todos los requisitos que exige el artículo 58 del Conservador de Bienes Raíces de nuestro país”, detalló.

Dejo a mi pueblo la Luna, llena de amor por sus penas
Testamento de Jenaro Gajardo

Sea cual sea, ambas coinciden en que habría inscrito la Luna de la siguiente forma. "Jenaro Gajardo Vera, abogado, poeta, es dueño desde antes del año 1857, uniendo su posesión a la de sus antecesores del astro, satélite único de la Tierra, de un diámetro de 3.475,00 kilómetros, denominado LUNA, y cuyos deslindes por ser esferoidal son: Norte, Sur, Oriente y Poniente; espacio sideral. Fija su domicilio en calle 1 Oriente 1270 y su estado civil es casado (...) Talca, 25 de Septiembre de 1954”.

Luego, en la antesala de la llegada de la misión Apolo a la Luna, sostuvo Gajardo, el entonces Presidente de EE.UU, Richard Nixon, le habría pedido permiso para que los astronautas ingresaran a su territorio. El chileno, asegura, habría dado el visto bueno citando al poeta estadounidense Walter Whitman. 

La Luna habría continuado a su nombre hasta su muerte, en 1998, cuando -dicen- la "heredó" a la humanidad. 

Sergio Gajardo es sobrino nieto de don Jenaro. Aunque sus recuerdos son escasos, porque era pequeño cuando el abogado falleció, señala que "el siempre fue medio excéntrico, era un poeta, escritor, él las hacia todas".  Para ellos, como familia, el que fuera "dueño" de la Luna "nunca estuvo en duda, porque había papeles, que demostraban lo que había hecho".

La historia es alucinante, pero...¿fue así o solo es un gran mito?

Para esto, hicimos un ejercicio de chequeo de datos, utilizando la versión de Gajardo como la fuente directa y recurriendo a la versión de autoridades y documentos oficiales. Este fue el resultado.

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"No existe ninguna posibilidad"

Las primeras dudas sobre la historia surgieron en 1968, cuando el diario "La Mañana" de Talca publicó un duro artículo en  que asegura que es "totalmente inefectivo" que Gajardo hubiera inscrito la Luna a su nombre. En la publicación, se cita al entonces conservador de Bienes Raíces, Sergio Mendoza, quien descarta la posibilidad que su antecesor, César Jiménez, hubiera permitido tal diligencia.

Pero no solo eso. El diario descarta tajantemente haber publicado en sus páginas el inserto donde -supuestamente- el abogado y poeta dio cuenta de su posesión y asegura que, tras realizar diversas averiguaciones, "jamás" existió la sociedad Interplanetaria mencionada por Gajardo.

Nunca se ha encontrado nada sobre inscripciones de terrenos en la Luna
Rolando Iglesias, conservador de Bienes Raíces de Talca

Dicho esto, viajamos a Talca a realizar una revisión de los archivos del Conservador de Bienes Raíces. 

Rolando Iglesias López, quien está a cargo del organismo desde 1979, es categórico: "No, hay nada, nunca se ha encontrado nada sobre inscripciones de terrenos en la Luna". 

El conservador de Bienes Raíces agrega que algo así sería "jurídicamente imposible".

"No se puede hacer. Yo no podría hacerlo. Si me traen documentos relacionados a eso, no podría inscribirlo. Yo solo tengo jurisdicción sobre las comunas de Talca, y las que están en su entorno", enfatiza.

Junto con consultar al conservador, realizamos una revisión de los archivos de inscripción de propiedades correspondientes al año 1954, que es cuando -dice la historia- se registró la Luna a nombre de don Jenaro. Sin embargo, no fue posible encontrar mención alguna al satélite. 

Lo que sí aparece en ese año es una compraventa con fecha 3 de mayo, donde Alonso Gajardo Vera vendió al abogado y poeta una propiedad ubicada en la calle 3 Poniente por un valor de 150 mil pesos de la época (ver documento en el siguiente link). 

Adicionalmente realizamos una revisión entre los años 1952 y 1957 -un año antes y un año después de las fechas mencionadas por artículos periodísticos de la época- donde tampoco figuran inscripciones de la Luna. Sin embargo, en el año 1953 se registra una venta de Edelmira Vera a su hijo Jenaro de una propiedad en la calle 1 oriente, por un valor de 20 mil pesos de la época (ver archivo en el siguiente link). Este documento contradice la versión del poeta respecto de que le habrían negado el ingreso al Club de Talca por no contar con alguna propiedad a su nombre. 

Así, no existen documentos legales que permitan sostener la validez del acto de Gajardo, por lo que se trata de un hecho más bien de carácter poético/simbólico. 

El otro "don Jenaro" (que se ha hecho una fortuna con la Luna)

Por más insólito que parezca, don Jenaro no ha sido el único que ha dicho que la Luna le pertenece. Dennis M Hoper es un estadounidense que asegura ser el legítimo dueño del satélite. La diferencia con el talquino es que este hombre ha hecho una fortuna a partir de la venta de supuestos títulos de dominio en la zona. 

"Empecé a hacerlo en 1980, cuando me estaba divorciando. Estaba sin dinero y pensé que quizá podría hacer algo de plata si tuviera alguna propiedad. Vi la luna por la ventana y me di cuenta de que ahí habían muchísimas propiedades", afirmó en una entrevista a Vice. 

Fue en el año 1967 que Naciones Unidas firmó un tratado que establece que la exploración y el uso del espacio ultraterrestre deben llevarse a cabo en beneficio e interés de todos los países y que la Luna y otros cuerpos celestes no pueden ser objeto de apropiación nacional o reivindicación de soberanía.

Sin embargo, Hoper asegura que habría un "vacío legal" y que al no hacer mención a personas naturales, él habría reclamado el territorio. 

El empresario -dice- ha vendido más de 6 millones de títulos de dominio. Aunque el valor depende del tamaño de la parcela lunar, este es un ejemplo: adquirir 4 hectáreas cuesta 249 dólares (170 mil pesos chilenos). 

 

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