Argentina superó el martes la barrera de 300.000 contagios de COVID-19, con 235 fallecimientos en las últimas 24 horas, una de las cifras más altas desde que se inició la pandemia del coronavirus, informó el ministerio de Salud.

Los datos se conocieron un día después de una marcha opositora en el centro de Buenos Aires para reclamar al gobierno el fin de las medidas de aislamiento social por considerarlas una forma de coartar la libertad.

Las autoridades confirmaron 6.840 nuevos casos del nuevo coronavirus, lo que elevó el acumulado a 305.953. En un país de 44 millones de habitantes, hay 6.048 fallecidos y 223.531 personas recuperadas.

La tasa de letalidad en Argentina es de 115 personas por cada millón de habitantes, la tercera más baja de la región después de Uruguay y Paraguay, según los últimos reportes del ministerio.

"Los puntos máximos de la Ciudad de Buenos Aires pudieron haber sido los últimos días de julio y los primeros días de agosto y ahora está, en lo que el ministro de salud local dice, una curva de infección madura que está estabilizada en una meseta, pero está estabilizada en una meseta alta”, dijo a la agencia Reuters el doctor Luis Camera, miembro del comité asesor del gobierno.

Hay crisis de salud mental

El lunes, una multitud de argentinos salió a las calles para manifestarse contra medidas tomadas por las autoridades, que extendieron las restricciones hasta el 30 de agosto. El gobierno había llamado a evitar la concentración de gente este lunes frente al Obelisco de la capital para no agravar la ola de contagios.

"Me parece que como en otros países podemos manejarnos adultamente y responsablemente para empezar a trabajar y sacar el país adelante, para poder vivir mejor a pesar de esta situación”, dijo Patricia Velvisi, empleada de 52 años.

Los datos de la pandemia en Argentina se encuentran muy por debajo de los contagiados en las naciones vecinas más afectadas como Brasil y Perú.

La pandemia de COVID-19 está provocando una crisis de salud mental en América debido al estrés y al consumo de drogas y alcohol durante seis meses de cuarentenas y restricciones, dijo el martes la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

"La pandemia de COVID-19 ha causado una crisis de salud mental en nuestra región a una escala que no habíamos visto antes”, afirmó Clarisa Etienne en una rueda de prensa virtual desde la sede de la OPS en Washington.

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