El presidente de Estados Unidos, el demócrata Joe Biden, ordenó este miércoles a las agencias de inteligencia de su país que le informen en los próximos tres meses sobre si el SARS-CoV-2, virus causante de la pandemia que actualmente azota al planeta, surgió por primera vez en China de una fuente animal o de un accidente de laboratorio.

Las agencias deben "redoblar sus esfuerzos para recopilar y analizar la información que podría acercarnos a una conclusión definitiva, e informarme en 90 días", dijo Biden en un comunicado difundido por la Casa Blanca. El mandatario reacciona así a las nuevas especulaciones resurgidas en las últimas jornadas, que podrían dar fuerza a la hipótesis del surgimiento en un laboratorio de Wuhan (China).

Biden asegura que las agencias están divididas sobre las dos posibles fuentes del virus, que a la fecha ha dejado más de 3,4 millones de muertos. Sobre estas dos opciones, el presidente de EE.UU. dijo que dos de los servicios de Inteligencia se inclinan por el origen natural, y un tercero hacia la idea del laboratorio, aunque la Casa Blanca no dio detalles sobre qué departamentos son en cada caso.

Presión adicional sobre China

"Cada uno con una confianza baja o moderada, la mayoría no cree que haya suficiente información para evaluar que uno sea más probable que el otro", aseveró el mandatario, cuyo anuncio se conoce después de que un informe develara que varios investigadores del Instituto de Virología de Wuhan se enfermaron en noviembre de 2019 y tuvieron que ser hospitalizados, como publicó The Wall Street Journal al inicio de esta semana.

Además de anunciar esta investigación, Biden aseguró que EE.UU. y sus socios presionarán a China para que participe en una investigación internacional "completa, transparente y basada en pruebas". Estados Unidos manifestó ya en febrero su insatisfacción con los resultados preliminares de las investigaciones realizadas a principios de este año por expertos internacionales en Wuhan para buscar el posible origen de la pandemia, y consideró que las autoridades chinas habían ocultado datos a esa misión de la OMS.

 

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