Un tribunal de apelación de Malasia ratificó el miércoles la condena de 12 años de cárcel contra el ex primer ministro Najib Razak por el escándalo de corrupción del fondo 1MDB, que hizo caer su gobierno en 2018.

"Desestimamos el recurso del demandante", anunció el juez Abdul Karim Abdul a la Corte de Apelaciones en la capital administrativa de Putrajaya. "Afirmamos la condena de la Alta Corte en los siete cargos", añadió.

El ex primer ministro prevé presentar una última apelación ante la máxima corte del país y seguirá en libertad bajo fianza hasta que termine este proceso.

El político de 68 años fue considerado culpable el año pasado de todos los cargos imputados en el primero de los juicios vinculados al saqueo del fondo soberano 1Malaysia Development Berhad (1MDB), un fraude con ramificaciones en varios países.

Najib y su entorno fueron acusados de robar miles de millones de dólares de este vehículo de inversión para gastarlo en todo tipo de bienes, desde propiedades de lujo hasta arte.

El primer juicio estaba centrado en la transferencia de 42 millones de ringits (9,9 millones de dólares) de dicho fondo a las cuentas bancarias de Najib.

Se trata de una suma reducida comparada con la vinculada al segundo juicio por el escándalo 1MDB, centrado en acusaciones de que habría obtenido ilícitamente más de 500 millones de dólares.

El exdirigente recurrió a la Corte de Apelación dicha sentencia, que le atribuía los delitos de abuso de poder, blanqueo de dinero y abuso de confianza, entre otros, y lo multaba con 50 millones de dólares.

El juez Karim desestimó los argumentos de la defensa de Najib conforme el acusado creía que el dinero era una donación de la monarquía saudita.

En su decisión, asegura que las acciones del ex primer ministro son "una vergüenza nacional" y afirma que tenía "conocimiento de los 42 millones de ringits (depositados) en su cuenta y deshonestamente hizo un uso fraudulento" de ellos.

El magistrado aceptó la petición de Najib de seguir en libertad mientras prepara su última apelación.

Ni el acusado ni sus abogados pudieron acudir al tribunal para la sentencia y siguieron la audiencia a través de internet después de que un miembro de su equipo legal diera positivo por covid-19.

Este escándalo jugó un papel importante en la sorprendente pérdida en las elecciones de 2018 de la coalición gobernante de Najib Razak, que había llegado al poder en 2009 y todavía goza de mucha popularidad.

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