Donald Trump ya venía pisando fuerte pero su victoria apoteósica en las primarias de Iowa, primera etapa por la nominación republicana para las presidenciales en Estados Unidos, lo encumbró y deja a sus rivales luchando por las sobras.

Los votantes otorgaron al expresidente un histórico margen de 30 puntos a pesar de ser blanco de cuatro acusaciones penales. 

Sus rivales Ron DeSantis y Nikki Haley pusieron buena cara pero tuvieron dificultades para explicar cuál es su plan para tener alguna posibilidad de derrotar a quien se alzó con la victoria en apenas media hora.

Con el 51% de votos, Donald Trump, de 77 años, se burló de la máxima de que hacer campaña en persona es esencial en Iowa, donde gastó menos dinero que sus rivales y una fracción del tiempo. 

Fue una llamada de atención para todos aquellos que soñaban con un Partido Republicano post-Trump. Ahora tendrán que hacerse a la idea de que su nominación parece inevitable, por lo menos a día de hoy, y es más que probable que se bata en duelo electoral con el presidente demócrata Joe Biden en noviembre.

"Es verdaderamente el momento de que nuestro país se una", dijo Trump en un discurso tras conocer su victoria. 

Gran parte de los medios de comunicación estadounidenses parecen darle la razón. El Washington Post escribió que Iowa había seguido un "guión preescrito" y Politico predijo que Trump "podría casi terminar las primarias la próxima semana en New Hampshire".

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