Harvey Weinstein está vendiendo todas sus propiedades. Necesita dinero. Por un lado, para vivir. Por otro, para financiar su defensa así como las posibles condenas e indemnizaciones a las que tenga que enfrentarse: más de 80 mujeres lo han acusado de delitos de índole sexual. 

El último inmueble del que el productor entregó las llaves es una casa en el acomodado barrio de Nueva York Greenwich Village por la que la sociedad Cheget LLC pagó 25,6 millones de dólares.

La casa que Weinstein compró por 15 millones de dólares a través de una sociedad patrimonial, está en Bank Street, fue construida en 1852, tiene cuatro pisos y consta de unos 1.500 m2. Se encuentra junto al famoso restaurante Waverly Inn. Weinstein lo compró en 2006 y ahí vivió con su pareja la diseñadora Georgina Chapman, pero tras las denuncias de acoso, en octubre del año pasado, y después de una década juntos, Chapman se separó del productor. 

A comienzos de marzo, después de que The Weinstein Company se declarara en bancarrota al fracasar la última propuesta sólida de compra de la productora, Harvey Weinstein también vendió otras dos propiedades: una mansión de 2.700 metros cuadrados en Amagansett, en el estado de Nueva York y cerca de los Hamptons, que vendió por 10 millones de dólares y una casa de campo en Westport (Connecticut) por 16 millones de dólares.

En ella se casó el año 2007 y ahí organizó una recaudación de fondos para Barack Obama con 60 invitados selectos, Justin Timberlake y Anne Hathaway entre otros. 

Además, el productor también tiene que pagar los honorarios de su abogado de alto perfil, Benjamin Brafman, ha defendido mafiosos, consiguió retirar los cargos de agresión sexual contra el expresidente del FMI Dominque Strauss-Kahn y ha defendido a estrellas como Sean Combs, Jay-Z o Michael Jackson.

Hoy se estrena el documental sobre su vida

El canal español 0 de Movistar+ estrena este jueves el documental de la BBC Weinstein, que repasa la historia del poderoso productor de cine. Tanto su auge como su caída a raíz de la serie de denuncias por acoso sexual, que se inició en octubre de 2017. En esa fecha The New York Times y The New Yorker sacaron a la luz las acusaciones contra el productor, que luego negó. 

El documental reconstruye el escándalo a través de testimonios de algunas de las víctimas del productor: incluye declaraciones de las actrices Sean Young y Jessica Barth; las modelos Zoe Brock y Kadian Noble; o de Zelda Perkins, que fue asistente de Weinstein durante cuatro años y cuya demanda acabó cerrándose con una compensación económica y una estricta cláusula de confidencialidad.

También contará con la participación de Paul Webster, director de producción de Miramax, una de sus compañías, durante dos años, hablará de su carácter tiránico y reconoce que al trabajar para él asumió que estaba haciendo "un pacto con el diablo".

Según adelanta el canal, en estas entrevistas “se desvela la personalidad y el modus operandi del productor, que utilizo su posición de poder para silenciar a sus víctimas durante años". También cómo construyó una compleja red de abogados, periodistas y detectives para proteger su imagen.

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