El coordinador humanitario de la ONU, Stephen O’Brien, inicia este martes una visita de dos días a Afganistán para observar de primera mano las devastadoras consecuencias del prolongado conflicto en ese país y el esfuerzo de las organizaciones para responder a la escalada de necesidades. 

El alto funcionario mantendrá reuniones con desplazados, autoridades gubernamentales, socios humanitarios y miembros de la comunidad diplomática para evaluar cómo fortalecer la respuesta.

Más de 1,1 millones de personas se han desplazado forzosamente de sus hogares a causa del conflicto en los últimos 15 años, de las cuales 245.000 desde principios de 2016. 

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) advirtió que a medida que continúan las hostilidades aumentan las necesidades humanitarias, así como las restricciones de acceso.

Además, niveles alarmantes de desnutrición afectan a 2,7 millones de personas, entre ellas un millón de niños menores de cinco años.

Sólo el 35% de los niños en esa situación recibe atención y de ellos, sólo el 25% se cura.

OCHA subrayó que se debe hacer más para salvar vidas y aliviar el sufrimiento de los niños en Afganistán.

El organismo de la ONU alertó que Afganistán afronta una posible crisis humanitaria, ya que se prevé un desplazamiento masivo de un millón de personas a través de las fronteras para fines de 2016 debido a la severidad del invierno. 

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