Lo que parecía ser un simple trámite tributario terminó revelando un millonario fraude. Mientras revisaba antecedentes para su declaración de impuestos en abril de este año, el abogado Luis Aninat, de 83 años, se percató de que ya no figuraba como dueño de su parcela en Zapallar, región de Valparaíso. El inmueble, adquirido en el año 2000, tiene un avalúo fiscal de aproximadamente $1.200 millones.
La angustiante noticia dio paso a una investigación personal por parte del propio afectado, un destacado abogado corporativo, que terminó con la presentación de una querella criminal.
En la acción judicial, Aninat apunta directamente a una red de personas que habrían participado en la maniobra: una secretaria de un estudio jurídico, el secretario de una notaría del centro de Santiago y una mujer ligada a una empresa de maquinaria pesada.
Cómo se ejecutó el fraude
Según los antecedentes expuestos en la querella y consignados por Las Últimas Noticias (LUN), el 21 de julio de 2024 se realizó una supuesta compraventa de la propiedad, sin conocimiento ni consentimiento del abogado ni de su esposa (ambos están casados bajo sociedad conyugal).
La escritura fue firmada en una notaría de Santiago utilizando cédulas de identidad falsificadas de ambos. Las huellas, firmas y números de serie no correspondían, pero aun así el contrato fue aceptado. La parcela fue traspasada a una sociedad comercial por $650 millones, pero dicha cifra no fue real: no hubo dinero involucrado, solo una simulación para inscribir el traspaso.
La empresa compradora resultó ser una sociedad de papel: su representante legal no registra movimientos tributarios y su domicilio registrado es falso.
Con el cambio de titularidad consumado, los supuestos nuevos dueños inscribieron el inmueble en el Conservador de Bienes Raíces de La Ligua y posteriormente, lo vendieron a una tercera empresa, legalmente constituida, por 8.472 UF (unos $332 millones), es decir, cerca de un cuarto del valor de mercado.
El rol de la notaría en millonario fraude que sufrió abogado
El abogado afectado logró frenar esta última venta gracias a la gestión legal de su hijo, también abogado, quien actúa como su representante judicial. En la querella, se denuncia que el fraude fue posible gracias a la actuación irregular de la notaría involucrada, cuyos funcionarios habrían autorizado la firma sin que los verdaderos propietarios estuvieran presentes.
También se responsabiliza a la secretaria de un estudio jurídico, quien habría facilitado los documentos de identidad adulterados.
Otra de las cosas que preocupan de la insólita situación es que el engaño se descubrió solo por casualidad. De no haber sido por la revisión de datos para la declaración de impuestos, Aninat no se habría enterado de que le habían robado la propiedad.
“Nada de esto habría sucedido si en la notaría se hubiese cumplido con el deber básico de verificar la identidad de los firmantes de la escritura de compraventa", declaró Francisco Aninat, hijo del abogado y querellante en la causa.
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