La "pauta" de cómo operar del grupo criminal dedicado a robar a personas que retiraban dinero del banco, La Banda del Viejo, no dejaba espacio al azar. Las autoridades documentaron su modus operandi mediante escuchas telefónicas interceptadas: En los audios, los sujetos evidencian cómo detectaban víctimas, coordinaban el asalto y calculaban el botín, incluso antes de actuar.

Según la investigación presentada por la Fiscalía Metropolitana Sur y la Policía de Investigaciones, los miembros de la banda se camuflaban en sucursales bancarias haciéndose pasar por clientes.

Los más avezados incluso, escuchaban el sonido de las máquinas contadoras de billetes para estimar cuánto dinero retiraba cada persona. Esa simple señal bastaba para alertar por teléfono a los demás integrantes, que acechaban afuera para activar el operativo que convertía a los clientes del banco en víctimas.

Las conversaciones telefónicas que delataban los robos a la salida de bancos de "La Banda del Viejo"

El grupo criminal vio intervenidas sus llamadas por parte de la Fiscalía y la PDI. De ahí salieron las evidencias explícitas del actuar de los sujetos, lo que fue corroborado con cámaras de seguridad de algunos de sus violentos crímenes.

En uno de los audios de las escuchas, los delincuentes conversan de manera directa:

- ¡Qué pasa compa!
- Este viejo que va aquí saliendo
- Sí, sí lo vimos ya, sí lo vimos... ¿No viste dónde la echó (la plata)?
- En la chaqueta, sí, en la chaqueta... como 3 millones y algo.
- Ya, ya 
- Estaba contándole y justo le pasaron la plata

Ese mensaje era suficiente para gatillar el robo: la víctima ya estaba marcada, su salida vigilada, y la banda se movilizaba.

En otra llamada, el "informante" pedía a los demás individuos que se apresuraran:

- Viejo, vénganse para acá que un viejo va saliendo con un fajo de 4 lucas (4 millones de pesos). ¡Apúrense, apúrense! 
- Ya, ya... ¡Si vamos aquí, vamos aquí! 
- Van en ese Nissan. En ese Nissan que está ahí.

Lo que sorprende de La Banda del Viejo es la coordinación milimétrica y el conocimiento del rol de cada uno: Un grupo observaba dentro del banco, otro esperaba afuera. Las llamadas servían como gatillante del crimen. Cuando alguien escuchaba en la cuenta los billetes contados y confirmaba un retiro grande, notificaba al resto; la banda entraba en acción.

Los cálculos previos al golpe, la coordinación, los teléfonos, los tiempos y las imágenes captadas fueron fundamentales para acreditar los 16 robos violentos, y para que la justicia condenara a los implicados. Cuatro recibieron cadena perpetua; otros tres, penas entre 10 y 15 años.

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