Hace apenas un año, una mujer cruzó la frontera desde Bolivia junto a sus seis hijos, buscando un nuevo comienzo en Chile. Se instalaron en la toma conocida como La Mula, en Alto Hospicio, un lugar controlado por el crimen organizado y caracterizado por su alta peligrosidad. Sin embargo, al poco tiempo la madre terminó abandonando a los menores.

Según la fiscal Virginia Aravena, de la unidad de género de Alto Hospicio, la mujer encontró rápidamente trabajo y una pareja, y desde ese momento abandonó a sus hijos. “La madre no tenía una vida mala, ella trabajaba, seguía su vida, publicaba sus fiestas en Instagram y se despreocupó totalmente de ellos”, relató la fiscal.

Así vivían los seis niños abandonados por su madre en peligrosa toma de Alto Hospicio

Los seis niños, cuyas edades oscilan entre los 3 y 15 años, quedaron solos en un terreno apenas delimitado por mallas. En el lugar no tenían acceso a agua potable, ni luz, ni baño, en una vivienda construida con materiales livianos, sin ventanas.

De hecho, ni siquiera tenían una cama. Como pudieron, improvisaron con pallets un lugar para descansar, donde dormían todos juntos. Solo tenían un teléfono que usaban para alumbrar. El hermano mayor, de 15 años, asumió la responsabilidad de cuidar a sus hermanos, incluso saliendo a trabajar para poder llevarles comida.

Una vecina del sector relató la situación que vivían los menores y en conversación con T13, detalló, “varios vecinos habían visto a los niños en la calle, o a altas horas de la noche los niños pedían agüita”.

La gravedad del abandono quedó en evidencia cuando uno de los niños se fracturó el brazo y no pudo ser operado porque no había ningún adulto que se responsabilizara de él. Además, solo tres de los menores estaban escolarizados y, debido a la distancia hasta la escuela, asistían con muy poca regularidad.

Tras la intervención de las autoridades, los seis niños fueron trasladados a distintos hogares de protección, mientras que la madre fue detenida y formalizada por seis delitos, entre ellos abandono de menores, quedando en prisión preventiva. Según la fiscal, los niños presentaban “síntomas de desnutrición, además tenían infecciones, estaban totalmente abandonados. La mamá los iba a ver muy de vez en cuando”.

“Los niños ahora están separados pero eso es como un mal menor, porque estaban muy mal, en un lugar muy peligroso, la gente quizás no dimensiona dónde estaban”, concluyó la fiscal Virginia Aravena.

 

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