"Un poquito de gluten no te hará nada", "no seas exagerado" y "no es para tanto", son solo algunas de las frases que todo celíaco en Chile ha tenido que escuchar. ¿La razón? El desconocimiento que aún existe sobre una enfermedad autoinmune crónica que afecta a cerca del 1% de la población y que es cada vez más frecuente en nuestro país.
Se desencadena cuando personas, genéticamente predispuestas, ingieren una proteína muy frecuente en nuestra dieta; el gluten. Su presencia en el trigo, cebada, centeno y avena desencadena una respuesta del sistema inmunitario, lo que genera daño al revestimiento del intestino delgado, dificultando la absorción de nutrientes y esto a su vez, una serie de otras complicaciones.
La doctora Erika Albertman, nutrióloga de Clínica Alemana explica que el diagnóstico se realiza a través de exámenes de sangre (anticuerpos antiendomisio y anti transglutaminasa, entre otros que su médico considere importantes) y una endoscopía digestiva alta con biopsia de duodeno (intestino delgado).
Precisa que no es lo mismo que la "intolerancia al gluten", ya que según explica, "la enfermedad celíaca es autoinmune y esta asociada a genes. La intolerancia, en cambio, es presentar la sintomatología adversa ante la ingesta de gluten, pero sin haber una condición inmunológica ni alérgica ni genética asociada". Es decir, la intolerancia al gluten no causa daño intestinal a diferencia de la enfermedad celíaca.
En el rubro de la salud se le conoce como un "camaleón médico" a raíz de la dificultad para llegar al diagnóstico. La especialista, asegura que "la enfermedad celíaca puede ser difícil de diagnosticar porque sus síntomas son muy inespecíficos", encontrándose síntomas digestivos y extradigestivos.
| Síntomas digestivos | Síntomas extradigestivos |
|---|---|
| Gases | Cansancio |
| Dolor abdominal | Anemia |
| Distención abdominal | Osteoporosis |
| Diarrea | Dolores de cabeza |
| Constipación | Aftas en la boca |
| Malabsorción de nutrientes | Infertilidad, abortos a repetición |
| Pérdida de peso | |
| Desnutrición | |
| Alteración del crecimiento | |
| Sarpullido en la piel |
Sobre la problemática del subdiagnóstico, desde la Corporación de Apoyo al Celíaco (Coacel) explican que si bien en Chile existe el conocimiento y la capacidad de hacer los exámenes necesarios para llegar al diagnóstico, "desgraciadamente el sistema de salud pública no tiene la cobertura y capacidades necesarias para llegar efectivamente a toda la población. Toma varios meses acceder a los exámenes, principalmente la endoscopía digestiva alta con biopsia de duodeno. Un estudio realizado en los hospitales pediátricos de Santiago (publicado por Coacel hace varios años) encontró que, en promedio, el diagnóstico demoraba 4 años en hacerse. Hoy puede ser más".
En esa línea, la gastroenteróloga del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile y presidenta de Coacel, Magdalena Araya, explica que en Chile "hay un enorme subdiagnóstico porque la población no consulta, normaliza sus síntomas como parte de su manera de ser, se automedica o consulta repetidamente sin que se le hagan los exámenes necesarios para hacer el diagnóstico, y por parte del equipo de salud no tienen la capacidad de acoger a todos los que consultan. Además, el conocimiento sobre la enfermedad ha cambiado/mejorado sustancialmente en las últimas décadas, de manera que el grueso de los profesionales podrían no estar al día como para buscar la enfermedad de manera efectiva".
Hasta la fecha, la única solución médica a la enfermedad celíaca, es una dieta estricta libre de gluten. Considerando que un alto porcentaje de personas vive con esta condición y no está al tanto, el problema radica en que el daño intestinal que genera la ingesta de gluten, provoca que no logren absorber nutrientes, lo que puede desencadenar en malnutrición, déficit de vitaminas, minerales, anemia y osteoporosis, entre otras complicaciones.
"Si la inflamación del intestino se vuelve crónica, el celíaco está más dispuesto a desarrollar algunos tipos de cáncer como linfoma intestinal, adenocarcinoma de intestino delgado o carcinoma epidermoide de esófago", añade la Dra Erika Albertman.
En relación a qué recursos o apoyos ofrece el Estado para facilitar el diagnóstico temprano, el Ministerio de Salud (Minsal) señala que en la actualización de la Norma Técnica para la Supervisión de Salud Integral de niños y niñas de 0 a 9 años, se hace mención de la sospecha de esta enfermedad, donde uno de los aspectos a evaluar son las intolerancias y alergias alimentarias referido por los padres o cuidadores. "En caso de sospecha de enfermedad celíaca se debe derivar a nivel secundario para la realización de pruebas específicas para confirmación o descarte", aseguran. Además, el Minsal explica que "desde el Instituto de Salud pública existe, desde el año 2016, las 'Recomendaciones para serología en enfermedad celíaca' las cuales fueron entregadas a nivel de la red asistencial".
"Es agotador tener que elegir entre cuidar tu salud o tu bolsillo"
Quizás donde existe mayor consenso entre personas celíacas, es en el alto precio de los productos libres de gluten. Fundación Convivir, abocados a acompañar, educar y mejorar la calidad de vida de las personas que padecen enfermedad celíaca, cuenta con un listado de alimentos y medicamentos libres de gluten, que se actualiza diariamente y que reúne cerca de dos mil productos alimenticios y quinientos medicamentos que han sido validados mediante análisis técnicos y que cumplen con la definición de “libre de gluten” establecida en el Reglamento Sanitario de los Alimentos (RSA).
Desde la fundación, señalan que una de las principales necesidades no cubiertas para las personas celíacas en Chile (además de la poca descentralización de la distribución de productos libres de gluten) es el alto costo de dichos alimentos. "Por lo general, estos productos pueden llegar a costar entre dos y tres veces más que su equivalente con gluten, lo que encarece significativamente la canasta básica y actúa como barrera para seguir adecuadamente la dieta sin gluten como único tratamiento disponible, haciéndolo insostenible para muchas familias".
Mario Rojas tiene 35 años y fue diagnosticado como celíaco hace dos. Para él, lo más difícil ha sido enfrentar el día a día con pocas opciones para comer cuando está fuera de casa y con opciones mucho más caras. "A veces vas a lugares donde no hay ni un solo producto que puedas comer con tranquilidad, porque nadie te asegura que esté libre de gluten. Y ni hablar de encontrar un restaurante 100% libre de gluten. Terminas conformándote con una ensalada (cruzando los dedos que no te vaya a caer mal). Además, cuando por fin encuentras algo apto, suele tener un precio altísimo, que lo hace poco accesible. Es agotador tener que elegir entre cuidar tu salud o tu bolsillo", comenta.
Una investigación del INTA publicada en octubre del año pasado en la revista Nutrients titulada "Barreras persistentes de la canasta básica de alimentos sin gluten: evaluación de disponibilidad, costo y composición nutricional" , comparó una canasta básica de alimentos con su versión sin gluten y reveló que esta última tiene un costo mayor en un 57% especialmente en la categoría panes, cereales, pizza y pasta.
Pero eso no es todo. La investigación también determinó que la canasta sin gluten aporta menos calorías que la canasta regular y muestra diferencias en su contenido nutricional. Los productos sin gluten contienen proteínas de menor calidad y más grasas, y el etiquetado no da cuenta de información suficiente sobre la calidad de esas grasas ni sobre otros nutrientes esenciales, como vitaminas y minerales, lo que genera inquietudes sobre la calidad nutricional de las dietas sin gluten.
Desde la Corporación de Apoyo al Celíaco, la doctora Araya explica que "desgraciadamente producir alimentos sin gluten es más caro porque la ausencia de gluten hace que el productos no 'se arme', se desmorone, sea duro, etc. Sustituir el gluten es posible, pero para que los productos sean mejores, más ricos, de textura agradable, el producto resulta más caro. Hoy día está de moda el comer 'sin…', lo que incluye 'sin gluten', y eso ha hecho que los productos sin gluten aumenten su oferta, pero los precios han aumentado muchísimo".
¿Solo síntomas físicos?
Una vez que una persona es diagnosticada con enfermedad celíaca, uno de los aspectos que más se ve afectado, es la vida social. La nutrióloga de la Clínica Alemana, Dra Erika Albertman, coincide en que uno de los desafíos más comunes para los pacientes celíacos dice relación con "los conflictos personales que pueda generar esta nueva condición", ya que "es un duelo no poder comer cierto tipo de alimentos nunca más".
Mario Rojas recuerda que cuando fue diagnosticado sintió "una mezcla de incertidumbre y miedo". "Me preguntaba: '¿Qué voy a poder comer ahora?', '¿Nunca más pan?', '¿Cuánto me va a costar esto?' Todo se volvía un desafío: tener utensilios separados, revisar etiquetas que no entendía, y esa sensación de estar completamente perdido, sin saber a quién recurrir ni por dónde empezar. El diagnóstico cambia tu vida, no solo en lo físico, también en lo emocional. Pero con el tiempo, uno se adapta, aprende, y encuentra su comunidad. Lo importante es no quedarse solo en el proceso".
En busca de esa misma comunidad, Mario creó la cuenta de Instagram @Mariosingluten, la cual cuenta con más de 2.800 seguidores y desde donde pretende combatir la falta de visibilidad de la celiaquía en Chile. "La página busca armar una comunidad donde compartamos datos reales de locales, productos, recetas y, sobre todo, opciones que nos ayuden a ahorrar, porque ser celíaco es casi un lujo. Con esto, busco que más marcas tengan opciones o certifiquen sus productos, encontrar alternativas accesibles para todos y apoyarnos en las dudas del día a día. Esto no es solo una página, es una red de apoyo con los pies en la tierra y datos reales".
Una situación tan simple y común como salir a comer a un restaurante puede ser un gran desafío para una persona celíaca. Desde Fundación Convivir, plantean que si bien a medida que la persona comprende y asume su diagnóstico, es posible adaptarse mejor a las situaciones cotidianas, "muchas veces eso implica un esfuerzo adicional". Por ejemplo, al momento de salir a comer, "las personas celíacas deben investigar previamente qué restaurantes ofrecen opciones sin gluten seguras, adaptándose muchas veces a una oferta limitada y agregando una preocupación más al tener que estar pendiente de la contaminación cruzada que pudiese llegar a existir".
Desde la fundación, agregan que, además, "en reuniones sociales es común que las personas celíacas lleven su propia comida o que coman antes de asistir, con el fin de poder participar sin exponerse a riesgos, aunque esto puede hacerlos sentir distintos o generar cierta incomodidad. En el caso de los establecimientos educacionales, la situación se repite al no ser la totalidad de los colegios los que ofrecen menús sin gluten, salvo aquellos adscritos al programa JUNAEB. Esto significa que muchos niños deben llevar su propio almuerzo y colaciones, lo que en ocasiones puede provocar sentimientos de exclusión o episodios de burlas por parte de sus compañeros".
"Todos comemos varias veces al día y ese es un momento de compartir la vida y participar con otros. El celíaco en dieta se siente distinto, aislado, discriminado, y muchas veces su entorno no es empático (no seas hipocondríaco, no es para tanto, un poquito no te hará nada, etc.)", añaden desde Coacel.
"Cada vez que sales de casa no sabes si podrás alimentarte"
Lorena Wendling es celíaca al igual que su hija Florencia de 12 años. La menor fue diagnosticada cuando tenía 5 años, y si bien en un principio no se daba cuenta de los reales cambios en el estilo de vida, el problema apareció cuando empezó a crecer. "Vas creciendo y te das cuenta que hay un mundo de comidas deliciosas que todos los demás pueden comer, menos tú. Ese proceso de aceptar la enfermedad en el ámbito social es lo que más le ha costado a mi hija. Estoy segura que es uno de los problemas más importantes de esta enfermedad, te lo comento como celíaca también. Es uno de los dolores más grandes con el que hay que aprender a vivir", comenta.
En esa línea, Lorena (quien es dueña del Instagram Mamá Celiaca, donde comparte su experiencia como madre de una hija con la enfermedad) añade que en su día a día le toca enfrentarse, por ejemplo "a los cumpleaños, colaciones compartidas, festejos de fechas especiales, donde sabes que habrán muchas cosas que mi hija no podrá consumir. Es en estos casos, que hasta hoy debo prepararle comida especial, para que pueda comer algo parecido a sus compañeros".
Para ella, el factor psicológico es uno de los puntos más importantes y del cual considera que se habla poco. "Es un tema oculto pero muy relevante. Existe un estrés mental al tener que estar siempre pensando en cómo alimentarte de forma segura, de que cada vez que sales de casa no sabes si podrás alimentarte, o si sales de vacaciones, tienes que viajar con una caja gigante de comida sin gluten, pues sabes que será difícil encontrarla, sobre todo en regiones. Es agotador, tener que explicarles a los demás qué es la enfermedad, si sales a comer, tienes que hablar con el chef para que no mezcle la comida con otras que contengan gluten….en fin, es un sin número de situaciones donde tienes que estar alerta", comenta.
¿Qué apoyos entrega el Estado?
En Chile el Estado brinda apoyo a las personas celíacas a partir de tres programas estatales distintos. En primer lugar existe, el Programa de Alimentación Escolar (PAE) celíaco que entrega una canasta mensual con productos libres de gluten a estudiantes celíacos que asisten a establecimientos educacionales municipales o subvencionados. En segundo lugar, el Programa Nacional de Alimentación Complementaria (PNAC) que entrega leche Purita fortificada sin gluten a niños y niñas menores de 6 años. En tercer lugar, la ley sobre las licitaciones de servicios de alimentación en instituciones públicas exige que los establecimientos administrados por el Estado (como hospitales, recintos de salud o centros del SENAME) ofrezcan al menos una alternativa de menú sin gluten.
Para Lorena, el apoyo en los establecimientos sigue siendo bajo. "Mi hija es imposible que pueda almorzar en el casino", comenta. Relata que ha intentado ayudar en la logística del casino del colegio para que su hija pueda comer junto al resto de sus compañeros, pero no ha encontrado respuesta ni la disposición para integrar a los niños celíacos. "Nadie se imagina, el dolor que siente un niño al verse enfrentado a tener que comer diferente siempre. No es lo mismo a que lleguen al curso 10 cajas de pizzas, y un niño celíaco también come pizza, pero en una caja diferente, un olor diferente, un sabor diferente… no es lo mismo. Aquí hablamos de inclusión, todos deberían comer lo mismo", explica.
¿Son suficientes las normativas que existen?
Según indican desde Coacel, con las normativas chilenas que existen, la comunidad celíaca podría estar muy bien siempre y cuando se fiscalizaran y se hicieran cumplir. "El Estado no fiscaliza los artículos que contiene el RSA (Reglamento Sanitario de los Alimentos) acerca de qué deben cumplir los alimentos/productos libres de gluten para que sean seguros. La llamada 'nueva ley celíaca' (#21.362) es una modificación de la ley que regula los sellos negros (#20.606), que agrega dos o tres puntos útiles que, aunque son positivos, no se refiere al problema fundamental que es la falta de fiscalización", comenta la presidenta de la corporación Magdalena Araya.
Añade que "todos nuestros datos apuntan a que no hay seguridad alimentaria para la comunidad celíaca y para todos los grupos que sufren desórdenes asociados al consumo de gluten".
Desde el Minsal, aseguran que sí existe un proceso claro de fiscalización. Explican que es responsabilidad de las Secretarías Regionales Ministeriales de Salud (SEREMIS) y que cada uno establece y prioriza su plan de trabajo.
"La fiscalización de alimentos libres de gluten puede originarse tanto de la planificación rutinaria de la SEREMI como de denuncias presentadas por la ciudadanía, ya sean personas individuales o entidades interesadas como organizaciones de consumidores, agrupaciones de personas celíacas o asociaciones gremiales (...) La priorización y la efectividad de las inspecciones pueden variar entre las distintas SEREMI a lo largo del tiempo, lo que podría explicar la percepción de una fiscalización insuficiente", reconocen.
Sobre el acceso a los productos sin gluten, desde la Corporación de Apoyo al Celíaco dicen que los estudios que han realizado dan cuenta de que evidentemente tienen menor disponibilidad que sus contrapartes con gluten. "Además, influye que hay supermercados que son más eficientes que otros en reponer los productos que faltan en las góndolas. La nueva ley indica que debe haber góndolas especiales para los alimentos sin gluten, y actualmente los grandes supermercados han incorporado sectores enteros a dietas especiales, desgraciadamente, a menudo el público cofunde lo vegetariano/vegano/sin gluten. Es un punto que estamos trabajando actualmente", añaden.
"Consideramos necesario aumentar el monitoreo de los alimentos libres de gluten"
Sobre la actual legislación sobre rotulado sin gluten, la Fundación Convivir explica que "representa un paso importante porque reafirma lo que está establecido en el Reglamento Sanitario de los Alimentos (RSA). Es decir, que un producto sólo puede declararse libre de gluten si cumple con ciertos estándares en su elaboración, lo que asegura que no contiene dicha proteína que se vuelve dañina para las personas con enfermedad celíaca".
La ley busca unificar y estandarizar el uso del sello con la espiga tachada, que se utiliza como símbolo internacional para indicar que un alimento es seguro para personas celíacas. "Esto es positivo pensando en que los consumidores pueden identificar fácilmente qué productos son aptos para su consumo, sin lugar a confusiones", explican desde la fundación.
Sin embargo, sostienen que aún quedan avances pendientes. "Por ejemplo, aunque la ley menciona estos cambios, el Ministerio de Salud aún no ha actualizado oficialmente el reglamento para que se apliquen en la práctica. Es decir, falta que estos compromisos se hagan realidad para que la ley cumpla a cabalidad lo que se declaró como objetivo y ofrezca seguridad total a quienes deben seguir una dieta libre de gluten", comentan.
Desde Coacel, explican que si bien existen varios laboratorios que miden gluten en alimentos y certifican a empresas, "no hay métodos estandarizados en relación a los kits que se utilizan ni acerca de quienes certifican".
El Minsal explica que las SEREMIS de salud realizan operativos de fiscalización específicos sobre alimentos libres de gluten en puntos de venta como supermercados y que ante incumplimientos o errores en la certificación, toman las siguientes acciones:
- Levantamiento de acta e inicio de sumario sanitario
- Evaluación de responsabilidades
- Fiscalización con enfoque de riesgo
- Medidas correctivas y sanciones
Sobre el último punto, detallan que las medidas que se adoptan al finalizar el sumario sanitario consideran factores como si es la primera infracción o hay reincidencia, la existencia de un riesgo inminente para la salud pública y otros antecedentes presentados por el infractor. "Las sanciones pueden ir desde una amonestación con la exigencia de cumplir la normativa en un plazo determinado, hasta la aplicación de multas que pueden variar entre 0.1 UTM y 1000 UTM (o incluso más en caso de reincidencia), de acuerdo con el Código Sanitario", señalan.
¿Cómo es la realidad en otros países?
La realidad de los celíacos no es igual en todas partes. El modelo italiano destaca como pionero en materia de celiaquía. Por ejemplo, allá existe un registro nacional de personas celíacas para facilitar un sistema de subsidios destinados exclusivamente a la compra de productos sin gluten.
Además, existe una ley que establece un diagnóstico universal en niños y adolescentes, lo que permite aumentar la tasa en un grupo vulnerable de una enfermedad subdiagnosticada y que, si no es tratada a través de dieta, puede acarrear consecuencias graves para la salud.
Italia ha implementado bonos mensuales para la compra de productos sin gluten, además de coberturas médicas específicas y programas de apoyo que garantizan una mejor calidad de vida.
Hay países en que los modelos se enfocan en "la dieta cara", entregando una subvención en dinero o permitiendo reembolsar mensualmente una cierta cantidad de dinero. Por otra parte, existen modelos que abordan el lado médico, dando garantías de atención y acceso preferencial para hacer los exámenes que requiere el diagnóstico, mientras que otros trabajan el "seguimiento", para que los pacientes tengan controles periódicos que los guíe y prevengan o pesquisen tempranamente las complicaciones.
Sin embargo, estos casos de éxito en materia celíaca no son la norma. Desde Fundación Convivir afirman que en muchos países los beneficios estatales para la población celíaca son inexistentes o insuficientes. "En ese contexto, Chile, junto a Argentina y Uruguay, destaca como uno de los países de América Latina que ha avanzado más en el diseño e implementación de políticas públicas para apoyar a la comunidad", aseguran.
En el país trasandino los productos sin gluten abundan y a precios bajos. Hay leyes que protegen el diagnóstico oportuno, dan acceso a los exámenes y al seguimiento con médicos y nutricionistas. Las personas celíacas pueden salir a comer a numerosos lugares porque existen platos sin gluten que son seguros.
El proceso de fiscalización de los productos sin gluten en Chile
Desde el Minsal explican que cuando se decide realizar una fiscalización, ya sea planificada o por denuncia, se lleva a cabo una inspección en el establecimiento donde se elaboran o se comercializan los alimentos. Ahí se verifica el cumplimiento de los requisitos en el Reglamento Sanitario de Alimentos que incluye la revisión de las condiciones estructurales del lugar, los procesos productivos, las prácticas de higiene tanto del ambiente como del personal.
En el caso específico de alimentos envasados, la inspección se centra en verificar que el etiquetado cumpla con la normativa vigente. Para las personas celíacas, la lista de ingredientes adquiere una importancia crucial, ya que es a partir de esta información que pueden decidir si un alimento es seguro para su consumo. "Por esta razón, en las inspecciones de alimentos envasados dirigidos a personas con celiaquía, las SEREMI de Salud verifican que la lista de ingredientes sea veraz y que, si el alimento se declara 'libre de gluten', no contenga ingredientes derivados de los cereales que causan la enfermedad celíaca".
En el caso de los establecimientos dedicados a la elaboración de alimentos libres de gluten, desde el Minsal aseguran que "la fiscalización se enfoca en asegurar que la limpieza de las instalaciones, la higiene del personal, y la adquisición de materias primas se realicen de manera que se evite cualquier contaminación de los productos etiquetados como libres de gluten".
Según afirman, otro aspecto que se verifica durante la inspección, "es la capacitación de los manipuladores de alimentos en materia de higiene y, específicamente para el caso de alimentos sin gluten, sobre el riesgo que representa el gluten para las personas celíacas (...) La inspección también incluye la revisión de los controles implementados en los procesos de elaboración y en los alimentos, así como la existencia y el contenido de los registros asociado".
Próximos desafíos
"No es un lujo, es una necesidad"
Para Lorena lo más urgente es concientizar al país sobre la enfermedad. "Es urgente que haya más información", comenta. Considera que es necesario generar más redes de apoyo en los colegios para que se incluya en toda actividad a los niños celíacos. Cree que Chile debería contar con estudios más certeros sobre la restricción del gluten. "Somos el país con más restricción, lo que no permite la importación de más productos, las empresas se ven obligadas a hacer cambios importantes en sus estructuras para poder certificar productos", opina.
Para Mario, aún hay mucho por mejorar. Cree que nuestro país debería contar con un etiquetado claro y sin letra chica. "Urge una normativa clara, como la que tienen en países más avanzados en este tema, como Argentina. En Chile todavía no existe una legislación robusta sobre productos sin gluten. Y esa falta de regulación no solo afecta la seguridad y calidad de los alimentos, también invisibiliza a quienes dependemos de ellos: personas con celiaquía o sensibilidad al gluten", detalla.
Añade que también hace falta apoyo económico para las familias de escasos recursos donde hay alguien diagnosticado. "Seamos sinceros: comer sin gluten no es barato, y eso no debería ser una barrera para cuidar la salud (...) Además, debe existir fiscalización efectiva hacia emprendedores o empresas que etiquetan productos 'libre de gluten' sin tener certeza real o cuando existe riesgo de contaminación cruzada. Esa práctica, además de irresponsable, pone en riesgo nuestra salud. Es urgente crear conciencia y exigir avances concretos. Queremos alimentos más accesibles, seguros, bien etiquetados y con una regulación que se respete. No es un lujo, es una necesidad", concluye.
La doctora Erika Albertman, nutrióloga de Clínica Alemana, apunta a que la educación del paciente debe ser sistemática y a cargo de profesionales formados en enfermedad celíaca. Ve como un problema la invasión de información incorrecta que circula por redes sociales y hace un llamado a que "sí es posible es posible tener una vida cómoda, sana y feliz con enfermedad celíaca".
En relación a la concientización de la ciudadanía sobre la enfermedad, la Corporación de Apoyo al Celíaco apunta a que si bien ha avanzado en los últimos años, "es uno de nuestros objetivos en el que trabajamos siempre desde INTA de la Universidad de Chile y Coacel".
Por último, Fundación Convivir sostiene que el gran desafío a futuro radica en posicionar la enfermedad celíaca como una prioridad dentro de un escenario público "saturado de demandas sociales y legislativas". "En un entorno donde múltiples causas compiten por atención, hemos trabajado de manera estratégica para visibilizar esta condición, sensibilizar a la sociedad y a los tomadores de decisiones, y promover políticas que garanticen el derecho a una alimentación libre de gluten, segura y accesible para todas las personas celíacas", concluyeron.
Al ser consultados sobre qué medidas está considerando el Minsal para fortalecer la atención y el acompañamiento a personas con enfermedad celíaca de modo que su realidad sea más visible y atendida, desde el ministerio respondieron:
"El Ministerio de Salud trabaja en el fortalecimiento de la atención y el acompañamiento a las personas con enfermedad celíaca, buscando hacer su realidad más visible y atendida:
• Campañas de sensibilización: Se realizan campañas orgánicas de sensibilización dirigidas al público general con el objetivo de educar sobre la enfermedad celíaca. Un ejemplo concreto de esto es la difusión de información a través de sus redes sociales cada 5 de mayo, en conmemoración del día de la enfermedad celíaca.
• Evaluación permanente de la Guía de Práctica Clínica (GPC): El Minsal mantiene una evaluación continua de la necesidad de actualizar la Guía de Práctica Clínica para la atención de personas con enfermedad celíaca. Esto implica revisar las áreas donde existan dudas o incertidumbre en relación con el manejo de la enfermedad, con el fin de asegurar que la atención esté basada en la mejor evidencia disponible y responda a las necesidades de los pacientes".