Cerca de dos horas estuvo este martes la jefa de gabinete de la Presidenta Michelle Bachelet, Ana Lya Uriarte, con los fiscales Emiliano Arias y Sergio Moya. La abogada había sido citada por primera vez por el Ministerio Público en el marco del caso Caval, pero por una arista específica: una supuesta estafa, a raíz de una querella del empresario Gonzalo Vial, interpuesta en junio pasado.

La acusación apunta a que Caval le vendió ocho informes por los que su firma Graneles de Chile pagó mil millones de pesos. Sin embargo, dichos textos habrían sido “copiados” de otros informes disponibles en internet, algunos de ellos elaborados por la Corporación Chilena del Cobre, Cochilco.

La querella no mencionaba nada relacionado con Uriarte. Sin embargo, fue Compagnon -una de las socias de Caval- quien puso reflotó el rol de la actual jefa de gabinete de Bachelet el pasado viernes 16. “Fiscalía se ha negado a recibir formalmente y por los conductos regulares otros informes que también fueron parte de todos los entregados por el señor Vial. Dentro de ellos, figura el realizado por la señora Ana Lya Uriarte”, dijo la esposa de Sebastián Dávalos, lanzando duras críticas al Ministerio Público.

No era la primera vez que la nuera de Bachelet abordaba el asunto. En enero pasado, había mencionado el antecedente en una declaración ante la Fiscalía. “Contratamos (en 2012) a Ana Lya Uriarte porque Gonzalo Vial estaba interesado en comprar la central termoeléctrica Los Guindos y se necesitaba saber si la plata era efectivamente lo que se ofrecía, y se le pagó a ella desde la cuenta corriente de Mauricio Valero”, dijo en la oportunidad.

Uriarte había sido ministra de Medio Ambiente en el primer período bacheletista. Tras eso, formó Sustentabogadas, firma a la que Caval encomendó y pagó la realización del mencionado trabajo. El pago por el informe estuvo en torno a los $20 millones, realizados por Caval.

Sin embargo, la semana pasada, el abogado del empresario, Luis Hermosilla, negó dicha versión a T13.cl.

“Ese informe, de existir, no fue encargado, solicitado, ni pagado por el señor Vial”, indicó Hermosilla, quien agregó que “jamás” hubo alguna propuesta de Compagnon a Vial en el sentido de solicitar la realización de dicho informe.

“Todo lo que dice relación con las afirmaciones de los imputados debe ser investigado”, indicó el abogado, quien indicó que “vamos a pedir” que se indague el asunto.

En abril pasado, dos meses antes de que Vial presentara su querella por estafa, Uriarte respondió un oficio de diputados de oposición, quienes le consultaban por sus nexos con Caval y el informe en cuestión. 

“No he hecho más que prestar servicios profesionales dentro del ámbito de mi especialidad, dentro del marco ético y legal, sin más pretensión que ejercer legítimamente mi profesión, sin que haya existido conflicto de ninguna especie en tal actuación”, sostiene el documento.

“La relación con Caval se desarrolló entre los meses de mayo y julio del año 2012, está debidamente rendida, y durante su desarrollo imperó un trato estrictamente profesional y apegado, también estrictamente, a los términos en que la asesoría legal de carácter exclusivamente ambiental nos fue solicitada”, agregó Uriarte en el documento.

REVISA EL OFICIO RESPONDIDO POR LA JEFA DE GABINETE

El peso de Uriarte

Tras los dichos de Compagnon sobre el informe de Ana Lya Uriarte, desde el oficialismo surgieron críticas, apuntando a que se volvía a arrastrar a La Moneda hacia un caso que ha traído efectos devastadores para el respaldo de la Presidenta y el gobierno. 

La inquietud en el oficialismo apunta también a que no hay dos posturas acerca del peso político de Uriarte, a quien califican como una de las asesoras más influyentes de La Moneda. 

Algunas de sus últimas gestiones: la semana pasada, recibió en su casa a la ministra Paula Narváez y a la bancada de senadores PS, con miras a aplacar las críticas de los parlamentarios al manejo del gobierno. Y el fin de semana, telefoneó a los timoneles de la Nueva Mayoría para transmitirles que Bachelet los recibirá el próximo miércoles 4 de enero, cita en que los partidos buscarán zanjar la agenda para el último año de mandato.

Cada lunes, además, Uriarte asiste en Palacio a las reuniones de coordinación entre los ministros del comité político, los titulares de la Cámara de Diputados y el Senado y los presidentes de los partidos de la Nueva Mayoría. Su rol: más que intervenir en la discusión, es tomar nota de lo ocurrido e informar posteriormente a la Mandataria.

En la Nueva Mayoría señalan que, tras el estallido del caso Caval en 2015, Uriarte fue una de las personeras que estuvo más cerca de la Mandataria. En ese contexto, además de sus labores políticas, la ex ministra asumió un rol de contención, incluso en lo personal, ante una golpeada Bachelet.

Además, en el oficialismo señalan que la influencia de Uriarte aumentó en mayo del año pasado, cuando la Presidenta removió a todo su comité político, integrado por los personeros que la acompañaban desde el comando presidencial de Tegualda y con quienes tenía más confianza: Rodrigo Peñailillo (Interior), Alberto Arenas (Hacienda) y Alvaro Elizalde (Segegob).

La relación entre Peñailillo con Bachelet no fue la misma que tuvo el nuevo jefe de gabinete, Jorge Burgos. El ex diputado no sólo miraba con ojo crítico varias iniciativas de gobierno, sino que tampoco cultivó la misma cercanía con la Mandataria. El espacio, dicen varios, fue llenado por Uriarte.

Un episodio crítico que reflejó dicho escenario: el viaje que la Presidenta realizó a la Araucanía a fines de diciembre de 2015. 

La Mandataria despegó a Temuco con una agenda organizada por Uriarte y Burgos se enteró cuando Bachelet ya estaba en vuelo. Resultado: el entonces ministro presentó su renuncia ante la Presidenta, quien no la aceptó. 

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