Este martes la Cámara de Diputadas y Diputados aprobó y despachó al Senado el proyecto que regula la eutanasia o "muerte digna" en Chile (para ver claves del proyecto avanza en la lectura).

La iniciativa fue visada por 79 votos a favor, 59 en contra y 1 abstención para la mayoría de sus artículos, mientras que en otros, donde se pidió votación separada, hubo enmiendas que fueron rechazadas y cuyo detalle explicaremos a continuación:

Entre las enmiendas rechazadas se encuentra la que buscaba incluir a menores de edad, promovida por el diputado Vlado Mirosevic. Otra rechazada fue la indicación de parlamentarios de Chile Vamos que buscaba que personas que se encontraban inconscientes solo pudieran recibir cuidados paliativos, a menos que hubiesen dejado por escrito su intención de recibir la eutanasia (65 a favor y 72 en contra) 

También se rechazó (60 a favor y 79 en contra) otra enmienda de Jorge Sabag, entre otros, que buscaba exigir que los pacientes tuvieran que dejar por escrito su intención de recibir la eutanasia, y agregar otras dos declaraciones verbales ante un ministro de fe, además de contar con la presencia de dos testigos sin interés patrimonial. 

Del mismo modo, se rechazó una indicación que buscaba exigir la creación de un comité ético encargado de evaluar las solicitudes y cuya decisión fuera vinculante.

Aunque la votación estaba programada para el pasado jueves, esta se postergó en favor del debate del tercer retiro del 10%, actualmente en trámite en el Senado. 

De convertirse en ley, Chile podría convertirse en el octavo país en el mundo donde es legal la eutanasia. Los otros son Holanda, Luxemburgo, Bélgica, Colombia, Canadá, Nueva Zelanda y España, que se sumó al listado en marzo de este año.

El debate de la eutanasia en la Cámara marcó un choque de posturas entre parlamentarios conservadores y liberales. 

Uno de los más duros fue el RN Cristóbal Urruticoechea, quien aseguró que de prosperar el proyecto se transformaría a los médicos "en verdugos" y del DC Jorge Sabag, quien aseguró que la norma permitiría un "turismo de eutanasia", cosa que fue descartada por los creadores del proyecto, ya que uno de los requisitos del texto para requerir la eutanasia es tener nacionalidad chilena.

Vlado Mirosevic, promotor del texto, en tanto, recordó al doctor Manuel Almeida, a Valentina Maureira y a Paula Díaz, "que murieron esperando que la sociedad chilena les reconociera el derecho a morir con dignidad. A ellos, nuestras disculpas póstumas por no haber llegado antes".

"Lo que antes era un tabú, una discusión prohibida en este congreso, muy pronto será un derecho. Lo que antes era obligar a sufrir, ahora será un derecho a decidir", expresó.

¿Qué se propone en el proyecto?

La normativa establece que las personas que padezcan enfermedades graves e irremediables, y que cumplan con otras salvedades, pueden solicitar la eutanasia o el suicidio asistido.

Las condiciones que establece son haber sido diagnosticados de una enfermedad terminal, tener una enfermedad o dolencia seria e incurable, que su situación médica se caracterice por una disminución avanzada e irreversible de sus capacidades y que su dolencia o la disminución avanzada e irreversible de sus capacidades le ocasiona sufrimientos físicos o psíquicos persistentes e intolerables.

El proyecto propone que quien desee optar por la eutanasia o el suicidio asistido deben haber sido diagnosticados al menos por dos especialistas.

En el primer caso será precisamente un profesional de la salud quien le administre una sustancia al enfermo, o que, en el caso del suicidio asistido, que un mismo profesional facilite este requerimiento.

Otros requisitos formales son:

  • Tener la nacionalidad chilena.
  • Tener residencia legal en Chile, o certificado de residencia que acredite un tiempo de permanencia en territorio chileno superior a doce meses.
  • Ser mayor de 18 años.
  • Estar consciente al momento de la solicitud o al momento de haber realizado un documento de voluntad anticipada.
  • Contar con la certificación del uso pleno de sus facultades mentales, descartando enfermedades de salud mental que afecten su voluntad.
  • Manifestar su voluntad de manera expresa, razonada, reiterada, inequívoca y libre de cualquier presión externa.

Objeción de conciencia

El proyecto que será discutido en la Cámara de Diputadas y Diputados establece que tanto el médico requerido para practicar la asistencia médica para morir, como el resto del personal al que corresponda desarrollar sus funciones durante el procedimiento, podrán abstenerse de practicar una muerte medicamente asistida.

En este caso, el establecimiento tendrá la obligación de reasignar de inmediato otro profesional no objetante al paciente.

Las instituciones privadas de salud que consideren la existencia de una profunda colisión entre sus valores o ideario, que se encuentren previamente definidos, con la obligación establecida en esta ley, podrán exceptuarse del cumplimiento.

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