En la antesala de Coachella, un dato revelaba algo inédito: por primera vez en su historia, el festival de música con residencia en Indio, California, prescindía de actos de rock entre sus cabezas de cartel. 

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La organización apostó a Eminem, The Weeknd y Beyoncé como los headliners del evento, y esa construcción del lineup se notó durante todo el primer fin de semana.

De acuerdo a Consequence Of Sound, el público privilegió en todo momento a los íconos del género pop y urbano en desmedro del rock.

Por ejemplo, la mínima cantidad de fanáticos que se acercaron a ver los shows de números como David Byrne, A Perfect Circle, St. Vincent, X Japan o The War On Drugs fue "abismal" en comparación con lo hecho por artistas como Migos, Cardi B o Post Malone.

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De hecho, en varias capturas o videos en vivo que rotaron por redes sociales, lograba verse solo un puñado de seguidores disfrutando del espectáculo del ex líder de Talking Heads, uno de los más celebrados de la última edición local de Lollapalooza.

Coachella vuelve este viernes 20 de abril en su segundo fin de semana consecutivo, que repite su cartel y, posiblemente, las preferencias del público.

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