Mucho se ha hablado de Meghan Markle durante la gira por Oceanía. Sus vestidos, sus accesorios y su pequeña guatita de embarazada se han tomado las portadas, dejando un poco de lado a su esposo, el Príncipe Harry.

Sin embargo, el hijo de la princesa Diana hizo de las suyas y demostró una vez más la nobleza de su corazón en una actividad que tuvo lugar en Nueva Zelanda.

La pareja se encontraba visitando el Viaduct Harbour, un paseo marítimo de Auckland, cuando Harry se percató de una situación bastante triste. De acuerdo a lo señalado por News.com.au, el Príncipe habló unos minutos con Otia Nante, de 6 años y rompió el protocolo de la realeza para tomarse un selfie con el niño.

La abuela del pequeño le dijo al esposo de Meghan que la madre del niño había muerto. Ante tal hecho, él compartió unas palabras de apoyo con Otia. "La vida siempre va a estar bien. ¿Sabes? Yo llegué a mis 34 años y la vida es maravillosa. Tengo una esposa bella y un bebé en camino. Tu vida se va a arreglar. No te preocupes", le dijo.

Al igual que el niño que recibió el mensaje, Harry perdió a su madre cuando era niño. La princesa Diana de Gales murió el 31 de agosto de 1997 cuando su hijo menor tenía 12 años.

Además de hablar con Otia, el duque de Sussex felicitó a la abuela por la gran labor que está haciendo con su nieto. "Estás haciendo un gran trabajo. Las abuelas son muy importantes en nuestra vida".

En su discurso de llegada a Nueva Zelanda, Harry dijo: "De mí, de mí esposa y nuestro pequeño bulto, estamos tan agradecidos de estar aquí. Traemos bendiciones de mi abuela, la reina, y nuestra familia. Estamos muy agradecidos de su hospitalidad y su trabajo por hacer de este un lugar tan hermoso".

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