Hace 10 años, las manos de Abul Bajandar comenzaron a llenarse de verrugas. Al principio parecían inofensivas pero, con los años, crecieron hasta el punto de convertir sus extremidades en unas malformaciones que se asemejan a las ramas de un árbol.

Sus manos y pies pesan ya cerca de cinco kilos y se han vuelto completamente inservibles.

Abdul, que vive en un pueblo Bangladesh, al cuidado de su pareja y su madre,apenas puede valerse por sí mismo.

Necesita ayuda para comer y asearse, y tuvo que abandonar su trabajo como conductor de bicitaxi.

"Las verrugas comenzaron a aparecer en mi pierna cuando tenía 15 años", declaró Abdul, quien ahora tiene 26, al diario local The Daily Star.

El joven asegura que, al principio, creyó que se trataban de verrugas "pequeñas" e "inofensivas", pero en los últmos cinco años "crecieron a gran velocidad", cubriendo sus extremidades.

Abdul está sufriendo. "El dolor aumenta cuando muevo los miembros", admite.

Pero los médicos de un hospital en Daca, la capital de país, escucharon su testimonio y han decidido poner fin a su sufrimiento y operarle, sin costo alguno, para devolverle la movilidad de sus pies y manos, o al menos tratar de mejorar su desesperada situación.

Buscando soluciones

La familia de Abdul recurrió a todo tipo de soluciones para frenar la enfermedad, desde la homeopatía hasta consultar a médicos dentro y fuera de Bangladesh, viajando hasta Calcuta, India, en busca de un diagnóstico.

Pero los médicos no encontraban una explicación a su mal, y Abdul dice que las medicinas "tan sólo empeoraron" su situación.

Además, las reacciones de la comunidad médica dejaron a Abdul sin esperanzas. En India le dijeron que su enfermedad no tenía cura, y que debería costearse una cirugía y un tratamiento de más de US$6.000, una suma que su familia no puede permitirse.

Fueron unos periodistas locales quienes dieron a conocer su caso, que llegó, finalmente, a oídos de los médicos del hospital más grande del país, el Hospital Universitario de Daca (DMCH, por sus siglas en inglés), quienes decidieron ayudarle.

"Extremadamente rara"

Tan sólo existen cuatro personas en el mundo diagnosticadas con la enfermedad que tiene Abdul.

Su nombre técnico es epidermodisplasia verruciforme, aunque es más conocida como "la enfermedad del hombre-árbol", y es causada por un defecto del sistema inmunológico que aumenta la susceptibilidad al virus del papiloma humano (VPH).

De acuerdo con el testimonio de Samanta Lal Sen, quien llevará a cabo la operación, se trata de una "enfermedad genética de la piel extremadamente rara".

Es una enfermedad no contagiosa, relacionada con el cáncer de piel, y de la que no se tiene mucha información.

Según Sen, que dirige la unidad de quemados y cirugía plástica del DHCM, éste es el primer caso en Bangladesh.

Hasta el momento, tan sólo se han documentado tres casos más en el mundo: el primero en Rumanía (diagnosticado en 2007) y dos en Indonesia (diagnosticados en 2007 y 2009, respectivamente).

Sin cura definitiva

"Nunca he visto nada igual. La probabilidad de tener esta deficiencia es de menos de una entre un millón", dijo el doctor Anthony Gaspari, de la Universidad de Maryland, EE.UU, quien trató a uno de los afectados en Indonesia, Dedé Koswara.

Dedé, que tenía 35 años cuando le diagnosticaron la enfermedad, trabajaba en un circo ambulante, donde se ganaba la vida como "hombre-árbol", mostrando sus verrugas al público.

Gracias a un documental de Discovery Channel, el caso de Dedé se hizo público, y en 2008 los médicos le practicaron una serie de operaciones en los Estados Unidos, liberándolo de dos kilos de verrugas.

Por primera vez en décadas, Dedé, quien tiene dos hijos adolescentes, recuperó parte de la movilidad de sus extremidades.

Pero el tratamiento no fue suficiente y tuvo que someterse a nuevas cirugías en 2011.

Sus verrugas continúan creciendo cada año.

En el caso de Abdul, un equipo de cinco cirujanos, dermatólogos y otros especialistas del país llevarán a cabo los análisis en las próximas semanas para evaluar cuál es la mejor manera de extirpar las verrugas.

"Puede que no seamos capaces de proporcionarle una cura absoluta, pero tal vez podamos, al menos, lograr que sus manos vuelvan a ser funcionales", declaró el doctor Sen.

Abdul tiene una hija de 3 años.

Hasta la fecha, no se ha encontrado cura a su enfermedad.

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