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Tres diferencias y tres semejanzas de Keiko Fujimori con su padre, el expresidente de Perú

Tres diferencias y tres semejanzas de Keiko Fujimori con su padre, el expresidente de Perú
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Es un tema central de las elecciones del domingo: ¿en qué se parece o distingue la candidata que figura como favorita a su progenitor, preso por corrupción y abusos de derechos humanos? Expertos lo analizan.

La campaña para la segunda vuelta electoral del domingo en Perú se pareció a menudo a esos juegos de hallar diferencias y semejanzas entre dos figuras, en este caso entre la candidata presidencial Keiko Fujimori y su padre Alberto Fujimori.

La cuestión es relevante, porque él cumple una condena de 25 años por corrupción y violaciones de derechos humanos cometidas mientras fue presidente entre 1990 y 2000.

Y ella, a su vez, es favorita en las últimas encuestas frente a su único rival, el exbanquero de derecha Pedro Pablo Kuczynski (PPK).

En el último debate entre ambos, Kuczynski buscó identificar a Keiko Fujimori con el pasado autoritario de su padre, presentándola como "el retorno de la dictadura, la corrupción y la mentira".

Pero quien podría convertirse en la primera presidenta mujer de Perú ha prometido respetar las reglas de juego democrática en caso de ganar.

Los analistas dicen que el grado de semejanza que tendría Keiko Fujimori con su padre como gobernante es algo aún incierto, pero ya perciben algunas similitudes y diferencias.

BBC Mundo te presenta seis de las más comentadas.

Semejanzas

1. El estilo

Con 41 años de edad y una maestría en administración de empresas por la Universidad de Columbia, Keiko Fujimori ha mostrado como candidata un estilo que, según los expertos, evoca claramente a su padre.

"Ha hecho campaña recorriendo el país, vistiéndose con trajes típicos de las distintas regiones. Y su padre hacía lo mismo. Hay mucho contacto directo con la gente", afirma Alfredo Torres, analista y presidente de la encuestadora Ipsos Perú.

"La manera como ella enfrenta a PPK se parece a como su padre enfrentaba a (Mario) Vargas Llosa, acusándolo de ser un hombre de escritorio cuando ellos, los Fujimori, son gente que está en la calle", añade en diálogo con BBC Mundo.

2. Derechismo "pragmático"

Al igual que su progenitor, Keiko Fujimori se ubica claramente a la derecha del espectro político peruano, es conservadora en temas sociales y está a favor de la economía de libre mercado.

"Hay similitudes en el sentido de que son gente que respeta la ortodoxia en términos macroeconómicos, la idea del equilibro monetario o fiscal", dice Torres.

Al asumir la presidencia en 1990, Alberto Fujimori aplicó reformas de mercado que permitieron controlar la inflación y alentar el crecimiento, pero a un costo inmediato de pérdidas salariales y aumento del desempleo.

Keiko Fujimori promete mantener la orientación pro-empresarial de Perú, pero desde una actitud práctica, señalan analistas como Eduardo Dargent, politólogo de la Pontificia Universidad Católica de Perú.

"Como fue su padre", explica a BBC Mundo, "la idea es un movimiento bastante pragmático: 'no voy a molestar a las clases altas ni a los grandes empresarios, que son un poder fáctico, entonces les voy a dar estabilidad y déjenme hacer pactos y manejar mi mundo popular de otra manera'".

3. "Populismo"

Torres asegura que Keiko Fujimori "también tiene un manejo populista en el sentido que tenía el padre, de dar dádivas y regalos a la gente".

Señala por ejemplo su apoyo a "sectores que pueden ser un poco informales o pueden estar en el límite de la legalidad", como transportistas o mineros que trabajan sin los permisos necesarios, a quienes ha dicho que buscará formalizar.

A juicio de Dargent, esto es "algo que el viejo fujimorismo tenía y que ha vuelto a surgir".

Muchos creen que esta estrategia ha sido clave para que la candidata logre la ventaja electoral que las encuestas le atribuyen actualmente.

La candidata ha lamentado que hasta el presidente Ollanta Humala considere "populista" su plan de gobierno y sostuvo que ese rótulo podría aplicarse a algunas propuestas del actual gobierno.

Diferencias

1. La historia personal

Pese a todo lo que los une, Alberto y Keiko Fujimori tienen historias personales distintas, que pueden cambiar el modo en que se plantan ante ciertos temas.

El expresidente triunfó en las elecciones de 1990 siendo un outsider de la política, un ingeniero agrónomo con estudios en física y matemática y amplia experiencia académica pero ninguna en gobierno.

Su hija, en cambio, ya fue candidata presidencial en 2011, congresista y primera dama a los 19 años de edad, cuando sus padres se divorciaron en 1994. Ha visto la política de cerca desde joven.

"Siendo de otra generación, educada en Estados Unidos, representa una línea dentro del partido que es un poco más moderna", señala Torres.

La candidata también ha intentado mostrar diferencias respecto a su padre, por ejemplo señalando que se opuso a su segunda reelección en el año 2000, aunque sus detractores lo niegan y apuntan a un video en que pedía el voto de los peruanos.

También ha prometido respetar el impedimento constitucional para la reelección presidencial, algo que su padre tampoco hizo.

Y ha prometido que "nunca más" habrá un "autogolpe" como el que su padre dio en 1992, cerrando el Congreso con el apoyo de las Fuerzas Armadas.

2. El partido

Keiko Fujimori es la líder de Fuerza Popular, un partido político formado en 2010 y convertido en actor clave de Perú (ha obtenido mayoría en el Congreso).

Esto marca otra diferencia con Alberto Fujimori, que llegó al gobierno sin una estructura política sólida donde apoyarse.

"Ha creado un partido político, cosa que su padre nunca hizo", dice Torres.

"El partido político del padre fueron los militares", asegura por su parte Dargent. "Ella invirtió su tiempo y su capital político desde la última elección en construir una organización (…). Estamos viendo el resultado de un trabajo sostenido".

3. El país

No se trata de una diferencia personal, pero quizá sí fundamental: el Perú que Keiko Fujimori busca gobernar actualmente es muy distinto al que su padre recibió en 1990.

En aquellos tiempos el país vivía un estancamiento económico, hiperinflación y la amenaza de Sendero Luminoso, el grupo armado que fue derrotado por el expresidente.

Ahora Perú lleva 25 años de crecimiento de su economía y de ejercicio democrático.

"Hay más instituciones independientes y una prensa un poco más crítica", dice Dargent. Pero advierte que en la justicia, la fiscalía o los medios puede haber vulnerabilidad ante eventuales presiones del gobierno.

"La segunda vuelta (electoral) ha reforzado las dudas que varios teníamos sobre el carácter democrático del fujimorismo", señala. "(Keiko Fujimori) llegaría al poder con más límites que el padre, sin dudas. El país no es el mismo. Pero vamos a ver".

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