Es inusual que el presidente de Estados Unidos participe en un evento del estilo de una campaña electoral cuando lleva apenas un mes en la Casa Blanca.

Pero este viernes Donald Trump arribó al estado de Florida como lo hizo en otras ocasiones cuando perseguía la presidencia antes de la elección del 8 de noviembre del año pasado.

Aunque esta vez aterrizó en el avión presidencial Air Force One, el mandatario recalcó sobre los puntos que marcaron su campaña política: construir un muro fronterizo entre EE.UU. y México, reducir los impuestos, derogar y reemplazar la reforma de salud firmada por el expresidente Barack Obama y "limpiar" a Washington DC de su "estructura burocrática".

El republicano le dijo este sábado a una audiencia que lo esperaba en el aeropuerto de Melbourne, Orlando: "Quiero hablar con ustedes sin el filtro de las noticias falsas".

Y procedió a arremeter, como lo hizo este jueves en una rueda de prensa, contra los medios de comunicación: "Los medios tienen su propia agenda y no es la de ustedes (...) Son deshonestos y publican una historia falsa tras otra".

Durante el evento, llamado oficialmente "Campaña para Estados Unidos", el presidente señaló que la Casa Blanca "está funcionando muy bien".

Escándalos

Sin embargo, hay quienes consideran que el acto fue una manera de desviar la atención de varios escándalos que han rodeado a su gobierno tras tan solo un mes en funciones.

Michael Flynn, escogido por Trump como asesor de seguridad nacional, renunció a su cargo el pasado lunes debido a la controversia sobre sus contactos con el embajador ruso días antes de que Trump asumiera la presidencia.

Según medios estadounidenses, antes de que Trump tomara posesión del cargo, Flynn conversó con Sergey Kislyak sobre las sanciones que el gobierno del expresidente Barack Obama acababa a imponer a Rusia por los ciberataques de la campaña electoral.

 

  
Michael Flynn renunció como asesor de seguridad nacional tras una controversia sobre sus contactos con el embajador ruso.

Mientras tanto, el diario The New York Times reportó que miembros de la campaña de Trump y otros relacionados con él mantuvieron contacto con funcionarios de inteligencia rusos durante el año previo a la elección.

El presidente negó este jueves cualquier lazo con el presidente ruso Vladimir Putin durante una rueda de prensa.

Además de la controversia por sus presuntos vínculos con el Kremlin, el mandatario también ocasionó una batalla jurídica tras haber firmado una orden ejecutiva que prohibía temporalmente la entrada de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana a EE.UU.

La decisión desató protestas y caos en decenas de aeropuertos en el país, y varios jueces federales ordenaron suspender la orden al calificarla como "inconstitucional".

Propuestas

Trump expresó a la multitud reunida en un hangar del aeropuerto de Orlando que el motivo de su visita era exponer sus "planes hacia el futuro".

De ahí en adelante hizo un repaso de lo que considera como logros de su nuevo gobierno.

La mayoría de ellos concentrados en órdenes ejecutivas que ha firmado en las últimas semanas: autorizar la construcción de dos oleoductos, el levantamiento de una valla fronteriza entre EE.UU. y México y pedir la revisión de varias medidas de regulación al sector financiero.

Aunque no profundizó sobre ello, Trump hizo varias propuestas durante su alocución.

Señaló que las compañías estadounidenses que deseen vender sus productos "a través de nuestras fronteras" deberán pagar un impuesto del 35%.

"Así nunca querrán irse, nunca", dijo.

   
El presidente invitó a uno de los asistentes a subir al escenario.

 

Como parte del plan para frenar la migración hacia Estados Unidos de ciudadanos de países en guerra, propuso la creación de "zonas seguras" en Siria y "otros lugares".

"Para que puedan permanecer allí y vivir con seguridad", y añadió que los países del Golfo pagarían por esas "zonas seguras".

"No tienen más que dinero", expresó.

Mencionó también haber negociado el precio de la nueva aeronave presidencial, dos aparatos según él, de US$4.200 millones a US$1.000 millones.

"Le dije a Boeing que eso no es suficiente. Todavía no vamos a hacerlo. El precio es muy alto", dijo.

Sobre el programa de aviones de guerra F-35, que el presidente ha calificado como "fuera de control" por su alto costo, afirmó que convocó a Boeing para que compitiera con Lockheed Martin, la fabricante original de estos aparatos.

"Y ahora están compitiendo y peleando y hemos obtenido cientos de millones de dólares por debajo del precio de un avión que se iba a ordenar", agregó.

 

Publicidad