Política

A 30 años del Acuerdo Nacional: El documento que cimentó las bases para el retorno a la democracia

A 30 años del Acuerdo Nacional: El documento que cimentó las bases para el retorno a la democracia
Pablo Cádiz
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Documento fue firmado por un grupo transversal de políticos, que proponía un conjunto de medidas para acelerar la transición a la democracia.

El salón de los Presidentes de la sede de Santiago del Congreso Nacional será el lugar donde este martes el Senado conmemorará los 30 años del Acuerdo Nacional para la Transición a la Plena Democracia.

La actividad contará con la presencia del ex Presidente Patricio Aylwin, el senador RN Andrés Allamand y el dirigente de la Izquierda Cristiana, Luis Maira, todos ellos firmantes del texto. 

El documento fue suscrito el 25 de agosto de 1985 por un grupo transversal de dirigentes políticos:  Andrés Allamand, Francisco Bulnes, Fernando Maturana, de la Unión Nacional; Hugo Zepeda, Armando Jaramillo y Gastón Ureta, del Partido Liberal; Pedro Correa y Patricio Phillips, del Partido Nacional; Gabriel Valdés y Patricio Aylwin, de la DC; René Abeliuk y Mario Scharpe, de la Social Democracia; Enrique Silva Cimma y Luis Luengo, del Partido Radical; Ramón Silva de la Unión Socialista Popular; Carlos Briones y Darío Pavez del Partido Socialista y Luis Maira y Sergio Aguiló, de la Izquierda Cristiana. (En la imagen de esta nota aparecen varios de ellos junto al ex Presidente Sebastián Piñera, en la conmemoración de los 25 años del texto).

El documento surgió en medio de un ambiente convulsionado. En 1984 el régimen de Augusto Pinochet había decretado Estado de Sitio, ante un aumento de las protestas sociales. A tres años de la crisis económica de 1982, los efectos aún persistían: un cuarto de la población estaba cesante. 

Los valores democráticos deben regir nuestra convivencia y para que ellos se alcancen se requiere una entrega ordenada del poder político a autoridades revestidas de plena e indiscutible legalidad democrática
Acuerdo Nacional para la transición a la Plena Democracia

En medio de un ambiente de crispación, el entonces recién asumido arzobispo de Santiago, monseñor Juan Francisco Fresno, convocó a un proceso de diálogo a representantes de la oposición como partidarios del régimen.

La instancia tuvo como coordinadores al ex ministro de Economía de Pinochet, Fernando Léniz, al ex gerente de la Corfo José Zabala (cercano a la iglesia) y al ex ministro de Hacienda del gobierno de Frei Montalva, Sergio Molina. 

Si bien el documento fue desconocido por la dictadura, el Acuerdo Nacional es para muchos el hito que cimentó las bases para el retorno a la democracia. 

Es imperativo atender las exigencias de la justicia de una manera congruente con el espíritu de reconciliación nacional.
Acuerdo Nacional para la Transición a la Plena Democracia

Entre otras cosas el documento proponía el retorno de los exiliados, el fin de los Estados de Excepción y la realización de elecciones democráticas para elegir a las autoridades. Por otro lado, planteaba una reforma a la Constitución de 1980, lo que en la práctica implicaba reconocer su validez. 

Los ejes de la declaración fueron tres, y estos son sus principales puntos. 

Acuerdo Contitucional

El documento señalaba que el restablecimiento de la democracia "hace indispensable el que todos los chilenos tengan el derecho de expresar su pensamiento y asegurar sus libertades".

Para asegurar esto se proponía un régimen constitucional que contemplara entre otras cosas:

  • Elección por votación popular de la totalidad del Congreso Nacional, con claras facultades legislativas, fiscalizadoras y constituyentes.
  • Un procedimiento de Reforma Constitucional que, "reconociendo la necesaria estabilidad que debe tener la Carta Fundamental, haga posible sus modificaciones y en caso de desacuerdo entre el Ejecutivo y el Congreso, someta la reforma a plebiscito".
  • La elección directa del Presidente de la República "por votación popular, mayoría absoluta y segunda vuelta si fuese necesario".
  • Existencia de un Tribunal Constitucional.
  • Se consignaba que la Constitución Política garantizará la libre expresión de las ideas y la organización de partidos políticos.
  • Se establecía que los partidos, movimientos o agrupaciones que no respetaran "la renovación periódica de los gobernantes por voluntad popular, la alternancia en el poder, los Derechos Humanos, la vigencia del principio de legalidad, el rechazo a la violencia, los derechos de las minorías y los demás principios del régimen democrático definido en la Constitución, serán declarados inconstitucionales".
  • Regulación de los Estados de Excepción Constitucional "precisando que en ningún caso, durante su vigencia, pueden vulnerarse los Derechos Humanos".

 Medidas de orden económico y social

El Acuerdo Nacional señaló que era "indispensable eliminar cualquier incertidumbre respecto al régimen socio-económico que imperará una vez restablecida la normalidad". 

  • Se propuso como metas prioritarias la superación de la extrema pobreza y la marginalidad, la creación de oportunidades de trabajo productivo y estable, y el logro de una tasa alta y sostenida de crecimiento.
  • Debía garantizarse constitucionalmente el derecho a la propiedad privada de los bienes corporales e incorporales, incluidos los medios de producción.
  • Se planteaba que el Estado "debe tener una función activa y le corresponde determinar los grandes objetivos nacionales". Se propone una economía mixta.
  • Agregaron que "las relaciones entre trabajadores y empresarios deben ser equilibradas".

 Medidas inmediatas

En la parte final de la declaración los firmantes señalan que se deben tomar una serie de medidas "para devolver a los chilenos el pleno ejercicio de su ciudadanía" y para dotar al proceso político "de los elementos indispensables para una evolución efectiva hacia una auténtica Democracia".

  • Término a los Estados de Excepción; pleno restablecimiento de todas las libertades públicas. Se pedía poner fin al exilio y la devolución de la nacionalidad a quienes fueron privados de ella.
  • Formación de registros electorales.
  • Fin del receso político y derogación de las normas que impedían el funcionamiento de los partidos.
  • Aprobación de una ley electoral para elegir Presidente de la República y además de senadores y diputados por "sufragio directo, personal, libre, secreto, informado e imparcialmente controlado".
  • Se señalaba que un plebiscito debía legitimar las disposiciones del documento. 
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