Es oficial. Japón nombró a su primer gran campeón de sumo del siglo XXI.

El país en el que nació este tradicional deporte tuvo que esperar 19 años para tener a un luchador nacido en sus tierras en el más alto rango del sumo.

El hito lo consiguió Kisenosato, de 30 años, que recibió el reconocimiento yokozuna tras ganar el primer torneo de 2017.

Trataré de no deshonrar el título de yokozuna
Kisenosato

Él es el primer luchado nacido en Japón en alcanzar la distinción desde que Wakanohana lo hiciera en 1998, con lo que rompe la hegemonía que habían mantenido luchadores extranjeros.

Kisenosato, oriundo de Ibakari, localidad al norte de Tokio, había permanecido en el segundo rango ozeki desde 2012 y tras haber quedando subcampeón en múltiple de ocasiones logró la promoción este año.

"Lo acepto con toda la humildad", declaró el luchador de 178 kilogramos en rueda de prensa luego de recibir la confirmación de la Asociación Japonesa de Sumo.

"Me dedicaré plenamente al rol y trataré de no deshonrar el título de yokozuna", agregó.

Larga espera

El ascenso de Kisenosato puede catapultar la popularidad de un deporte que se percibe como un icono cultural en Japón, pero que ha sido dominado por luchadores de Mongolia desde que Asashoryu recibiera la distinción de yokozuna en 2003.

De hecho, los otros tres luchadores con el máximo rango en la actualidad son todos de Mongolia: Hakuho, Harumafuji y Kakuryu.

Se cree que la ausencia de luchadores japoneses, evidente en los últimos años, se debe a las rigurosas condiciones en las que son obligados a vivir.

Durante el proceso de entrenamiento están confinados a pequeños cubículos donde comen, practican y duermen juntos, siendo sometidos a duros tratamientos para endurecerlos.

En 2009, uno de los más reconocidos entrenadores de sumo fue encarcelado por ordenar que le dieran una paliza a un aprendiz que causó su muerte, en un caso que conmocionó a todo el país.

Los luchadores de sumo son vistos como un ejemplo a seguir y se espera que los que alcanzan el más alto rango se comporten con honor y humildad.

Fue por eso Asahoruy recibió tantas críticas durante los años en los que dominó el deporte.

El polémico luchador de Mongolia fue acusado de deshonrar el sumo por su comportamiento fuera del dohyō, como se le conoce al lugar donde se llevan a cabo las peleas.

De niño Kisenosato jugó béisbol y se proyectaba como un buen lanzador, pero luego decidió dedicarse al sumo y se inscribió en un centro de entrenamiento en Tokio.

Debutó en 2002 y ha participado en 73 torneos, que es el mayor tiempo que ha necesitado un luchador para llegar a ser yokozuna desde 1926.

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