Tras 195 horas, 18 minutos y 21 segundos de una intensa e histórica misión -que tuvo su punto más alto cuando Neil Armstrong y Buzz Aldrin pisaron el suelo lunar- el Apolo 11 amarizó en las aguas del Pacífico con éxito y con sus tripulantes en buenas condiciones de salud.

Sin embargo, el peligro de que todo se convirtiera en tragedia no pasó en ningún momento, ni siquiera cuando amarizaron, ya que la cápsula cayó al revés. Una serie de situaciones que pudieron darse, habrían llevado a los tres astronautas a una muerte segura.

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Al momento de ingresar a la atmósfera terrestre el riesgo era que el ángulo del módulo de comando no fuera el correcto y que el calor aumentara desmedidamente al interior de la cápsula, o que el módulo de comando no se desacoplara correctamente del módulo de servicio.

Se suponía que con otras misiones orbitales de la Luna exitosas, como el Apolo 8 y el Apolo 10, la llegada del Apolo 11 a la Tierra sería algo de menos riesgo ya que se había hecho antes. Pero no se contaba con el mal tiempo que se pronosticaba para el lugar de ingreso a la atmósfera, el que se tuvo que corregir unos kilómetros ya que un solo rayo acabaría con la tripulación.

De hecho, una de las primeras cosas que comentaron los astronautas con el entonces presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, fue que "aún no podemos controlar el clima (...) Pero eso es algo que podemos esperar como desafío del mañana", le dijo Armstrong al mandatario, según consigna el diario británico The Guardian.

El peligro en la entrada a la atmósfera

De acuerdo al libro Eight Years to the Moon, de Nancy Atkinson y citado por la revista Forbes, la separación del módulo de servicio y del módulo de comando debería ser de tal forma, que el de servicio caería a la Tierra mucho después que los astronautas del Apolo 11 en el módulo de comando. Sin embargo, en la práctica, no fue así.

"Los veo a los dos, uno encima del otro. Uno es el módulo de comando; el otro es el módulo de servicio. Veo el sendero detrás de ellos, ¡qué espectáculo! Puedes ver los bits volando. Observé que el (módulo) superior está casi sin cambios mientras que el inferior se está rompiendo en pedazos. Ese es el módulo de servicio que se desintegra", comenta en el libro de Atkinson el piloto del avión de combate que estaba en el lugar.

El peligro era que alguno de los escombros del módulo de servicio, golpearan al módulo de comando, lo que en esa etapa hubiese sido fatal.

Pese a todo, y a las pocas cosas que había seguras hasta ese entonces, el Apolo 11 y su tripulación amarizaron a salvo y fueron rescatados por buzos especializados tal como se tenía presupuestado, marcando así para siempre la historia de la carrera espacial.

Así fue el amarizaje, paso a paso

 

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