Estados Unidos comenzó este miércoles tres días de homenajes en la Corte Suprema y el Capitolio para despedir a la jueza progresista Ruth Bader Ginsburg, cuya muerte dejó una vacante en el alto tribunal y desató un nuevo choque entre demócratas y republicanos en plena campaña electoral. 

El presidente Donald Trump prometió que nombrará a la sustituta de Ginsburg antes de las elecciones del 3 de noviembre, lo que asentaría el control de los conservadores sobre el tribunal de nueve miembros, que tiene un amplio impacto sobre la vida de los estadounidenses. 

Los otros magistrados del tribunal y el expresidente demócrata Bill Clinton, que fue quien la nombró, despidieron a la jueza en una ceremonia restringida en el interior del tribunal, con una breve oración judía y un discurso del jefe de la Corte Suprema, John Roberts. 

Al otro lado de la calle, detrás de una barrera, cientos de personas esperaban para homenajear a la magistrada, cuyo ataúd fue cubierto con la bandera estadounidense. 

Trump, que se desplazará a la Corte Suprema para rendir un homenaje a la jueza el jueves, confió en que el proceso para sustituir a Ginsburg avance "rápido". 

El mandatario anunciará el sábado por la tarde el nombre de su candidata para remplazar a la fallecida. Entre las opciones contempladas está la magistrada conservadora Bárbara Lagoa, una jueza de Miami de origen cubano. 

Ginsburg, que murió el viernes a los 87 años, se había convertido en un ícono popular para la izquierda por su defensa de la igualdad de las mujeres ante la ley y era el reclamo de mercancía pop e incluso inspiró una película de Hollywood. 

Su féretro fue colocado en el mismo lugar donde descansó el ataúd del presidente estadounidense Abraham Lincoln en 1865, delante de un retrato al óleo de ella.

"Hoy nos despedimos de una heroína estadounidense", dijo la rabina Lauren Holtzblatt después de pronunciar en hebreo el kadish, una breve oración funeraria. "Ver más allá del mundo en el que uno está, imaginar que algo puede ser diferente, ese es el trabajo de un profeta", agregó. 

La pandemia marcará todos los homenajes, a los que sólo se podrá acceder con invitación para evitar aglomeraciones, en un momento en que la pandemia deja más de 200.000 fallecidos en Estados Unidos. 

Después de una ceremonia privada en el interior de la Corte, el féretro de Ginsburg fue colocado debajo de las columnas corintias de la fachada del edificio donde la multitud hizo una fila con distanciamiento social para despedirla. 

Desde que se anunció su fallecimiento, cientos de personas se congregaron espontáneamente en las escalinatas de mármol del tribunal para honrarla, algunos llegados desde muy lejos.

"Estamos tratando de rendirle un homenaje a ella y a todo lo que representa", indicó Paul Duffy a la AFP. 

Heather Vandergriff, que se desplazó desde el estado de Tennessee, a diez horas de ruta, concordó. "No estoy pensando tanto en el futuro", afirmó en relación a la pugna por sustituirla en Washington.  

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